Plantas de semilla del programa de mejora de olivo en invernadero.

Olimerca.- Un equipo de investigadores del Instituto Universitario de Investigación en Olivar y Aceites de Oliva de la Universidad de Jaén (INUO), junto con el IFAPA y el Instituto de Agricultura Sostenible (IAS-CSIC), ha identificado secuencias de ADN asociadas al tamaño del fruto del olivo.  

A partir de este hallazgo, los autores de la investigación han desarrollado una herramienta molecular capaz de predecir si una nueva variedad de olivo dará frutos grandes o pequeños, incluso cuando la planta apenas ha germinado en invernadero. 

Esta innovación promete ahorrar años de ensayos agronómicos en campo y optimizar la selección de variedades, pieza clave para la recolección —la operación más costosa del cultivo— y para la producción tanto de aceite como de aceituna de mesa.  

El trabajo destaca que tanto en olivares en vaso como en seto, el tamaño del fruto es crítico para facilitar dicha operación. Destaca que variedades de olivo con fruto pequeño, como la Koroneiki, son difíciles de recoger, mientras que en otras de fruto mayor, como la Picual, la recolección es más sencilla.  

Décadas de investigación genética 

El estudio, titulado “Marcadores genéticos del peso del fruto del olivo seleccionados para su uso en experimentos de mejora genética", ha sido publicado en la revista Molecular Breeding y surge tras décadas de investigación genética y agronómica en el Banco Mundial de Germoplasma de Olivo del IFAPA y de una colección de acebuches que se mantiene en el mismo Instituto. 

Esta herramienta se integrará en los futuros programas de mejora varietal para lograr cultivos más eficientes y rentables, como el que llevan a cabo el IFAPA y el IAS-CSIC.