Olimerca.- La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, ha reconocido que los métodos tradicionales de injerto, molienda y producción de aceitunas de mesa de Turquía son valiosos para nuestra cultura global y deben salvaguardarse, incluyéndolos en la Lista de Patrimonio Cultural Inmaterial.

La UNESCO hizo este reconocimiento porque el cultivo del olivo y la producción de aceite son partes fundamentales de la cultura en Anatolia occidental, según publica Olive Oil Times.

Además, Levent Köstem, fundador y propietario del Museo del Aceite de Oliva de Köstem, ha destacado en dicho medio que la producción de aceite de oliva tiene una larga historia en Turquía, y el molino más antiguo data del siglo VI o VII a.C. Los molinos de piedra tradicionales de propulsión animal y humana se utilizaban habitualmente hasta hace 15 años y todavía se utilizan hoy en día en algunos lugares.

Junto con la importancia social de las aceitunas y su cosecha, la UNESCO también reconoció el método kalem (que significa lápiz en turco), único en la región, para injertar acebuches, conocido como injerto de erkence.

Los agricultores tallan dos pequeños surcos a lo largo de los bordes opuestos de un tocón de árbol estrecho, también conocido como portainjerto, usando un cuchillo. A continuación, toman dos vástagos de olivo y afilan cada base para insertarlos en las dos ranuras del portainjerto.

Posteriormente, los agricultores cubren la parte superior del portainjerto y la base de los vástagos con barro para protegerlos del aire y el sol. La parte del portainjerto debajo donde se insertan los vástagos también se cubre con barro para mantenerlo fresco. Por lo general, el lodo permanece en su lugar durante dos o tres años.

Después, los agricultores envuelven el injerto con papel para evitar que el barro sea arrastrado por la lluvia o secado por el sol. El papel se sujeta con una enredadera de un arbusto local, que puede mantener el papel y el barro en su lugar hasta por tres años.