Olimerca.- Impulsar el conocimiento, la demanda y el consumo del aceite de oliva en EEUU, especialmente del aceite de oliva virgen extra, es el objetivo que se ha fijado la Asociación Norteamericana de Aceite de Oliva (NAOOA). Para cumplirlo, ha presentado al Departamento de Agricultura de EEUU (USDA) una propuesta basada en la creación de una Junta Nacional de Promoción del Aceite de Oliva. 

Según recoge Olive Oil Times, la iniciativa maneja un presupuesto estimado de 8 millones de dólares anuales, que se destinarían a la ejecución de un programa de investigación y promoción. Sería supervisado por el USDA y se desarrollaría mediante campañas educativas, investigación y marketing dirigidas a consumidores, profesionales de la salud, cocineros y minoristas.  

Sus impulsores reconocen que dicho proyecto beneficiaría a toda la cadena de suministro, promoviendo la salud y el bienestar general. Un proyecto que se remonta años atrás, ya que según indica el director ejecutivo de NAOOA, Joseph R. Profaci, “NAOOA comenzó a trabajar para crear una junta de promoción de productos agrícolas supervisada por el USDA para el aceite de oliva alrededor de 2017”. 

La propuesta, según Olive Oil Times, contempla una tasa de 0,08 dólares por galón (0,02 euros por litro) para los importadores y primeros manipuladores que superen los 5.000 galones anuales (18.900 litros).  

Incultura oleícola

El documento subraya que el aceite de oliva sigue siendo malinterpretado en EEUU. De hecho, los resultados recabados en una encuesta de consumidores citada en el documento revelan que "aproximadamente tres de cada diez consumidores que vieron una botella de aceite de oliva no sabían o no creían que se producía a partir de aceitunas".  

Con esta iniciativa, la NAOOA espera replicar el éxito de la Junta del Aguacate, que logró convertir un producto exótico en un alimento cotidiano para el consumidor estadounidense. Ahora, si obtiene el beneplácito por parte del USDA el proyecto se lanzará oficialmente tras su publicación en el Registro Federal, iniciando un periodo de tres años antes de someterse a referéndum en la industria.