Olimerca.- Es urgente desarrollar una iniciativa viable para solucionar el problema del residuo de la aceituna, el alperujo, en la Comunidad Valenciana, que debe ser tratado en una instalación orujera y que a día de hoy no hay ninguna en la región. Así lo reclaman desde la Unió de Llauradors, que consideran que la situación se ha agravado en los últimos días en la comarca del Maestrat, donde algunas de las cooperativas olivareras están paradas o con bajo funcionamiento ante este problema, cuando hay todavía un 25% aproximadamente de la cosecha pendiente de recolectar.

Hasta ahora, el alperujo era trasladado a una planta de Tortosa (Tarragona), pero ha limitado la actividad por los efectos del temporal Gloria, y sólo permite recoger y tratar los residuos de sus socios durante un mes.

Ante la falta de instalaciones en la Comunidad, varios proyectos fallidos y la planta de Tortosa cerrada para el residuo de Castellón, queda la opción de trasladarlo a la provincia de Cuenca, donde el coste asciende a 20 euros por tonelada (frente a los 6 de Tortosa).

Pepe Zaragozá, secretario comarcal de La Unió de Llauradors en el Maestrat y productor de aceite, señala que “el problema ya es de por sí grave en esta campaña, en la que se nos paga el aceite a 1,5 euros/litro, prácticamente la mitad de lo que nos cuesta producirlo, y por lo que incrementar el coste del transporte hasta una orujera lejana es totalmente inviable”.

Zaragozá señala que “el descenso en los precios afecta también a la rentabilidad de las orujeras y cualquier excusa puede ser buena para efectuar un cierre temporal o poner dificultades para acoger nuestro alperujo”. 

La Unió es consciente de que Ayuntamientos, Diputación y Generalitat están tratando de buscar una solución al problema, pero no es fácil lograrla con tanta premura de tiempo y para esta campaña puede que no llegue. Por ello, refuerza su idea de proponer plantas en su propio territorio, que efectúen ese tratamiento del alperujo, sin tener que depender de las de fuera.

Para la organización agraria la apuesta por este tipo de soluciones son las que necesitan las zonas rurales para evitar la despoblación. El sector del aceite cumple un papel muy destacado en las zonas de interior de este territorio y consideran que “sin el cultivo del aceite, el interior y muchos de nuestros pueblos no tienen futuro”.