Olimerca.- De acuerdo con el último informe Market Monitor difundido por Crédito y Caución, el sector de la alimentación mantiene un desempeño global “razonablemente bueno”. Sin embargo, las previsiones para el 2020 no son tan positivas. La aseguradora de crédito espera un aumento de las insolvencias y la morosidad en mercados clave para la exportación española. Algunos de los países analizados están más expuestos a las consecuencias de un Brexit duro o a la escalada del conflicto comercial con Estados Unidos.

En España, el análisis incide especialmente en el subsector de la aceituna y el aceite de oliva, que representan alrededor del 8% de la producción alimentaria española, después de que uno de sus mercados estratégicos, Estados Unidos, haya impuesto aranceles a la importación. Crédito y Caución prevé un incremento de la presión financiera sobre los productores y los transformadores en los próximos meses. En Italia, donde el sector se caracteriza por una intensa competencia y un reducido tamaño de las empresas, la aseguradora de crédito prevé un ligero incremento de los impagos, sin que afecte a los niveles de insolvencia.

Las previsiones más sombrías son las de Reino Unido. “Debido a la incapacidad para absorber el incremento de los costes de las materias primas y la mayor presión sobre los márgenes, tanto la morosidad como las insolvencias han aumentado este año, y esperan que esta tendencia negativa continúe en 2020. Se estima que las quiebras de las empresas alimentarias aumenten alrededor de un 8%, y si hubiera un Brexit duro, este aumento sería aún mayor”, previene el análisis.

Se prevé un incremento de la presión financiera sobre los productores y los transformadores en los próximos meses

Pese a estar menos afectado por el ciclo, el sector alimentario es muy sensible a riesgos como “la volatilidad de los precios de los productos básicos, los brotes de enfermedades o las condiciones meteorológicas, siempre difíciles de predecir”. Estas cuestiones, especialmente entre las pequeñas y medianas empresas de todo el mundo, “podrían provocar un deterioro inmediato de la rentabilidad empresarial, en un sector caracterizado por unos márgenes muy reducidos para la mayoría de los productores y minoristas”, dice el informe.

Además, el sector afronta un cambio de hábitos del consumidor, que pide cada vez más transparencia y trazabilidad. Todo esto supone un reto de adaptación para los fabricantes, que deben ser más claros con el origen de sus ingredientes, procesos de producción y cadenas de suministro.