Olimerca.- Hace escasos días se ha vuelto a abrir la ventanilla para la solicitud de ayudas a la transformación y comercialización de la agroindustria andaluza, en esta ocasión, en el marco del Programa de Desarrollo Rural de Andalucía 2014-2020. El objetivo general, a saber, es el desarrollo rural, como bien establece el Reglamento Comunitario que regula la aplicación de los fondos FEADER por los que se financian este tipo de subvenciones. En esta ocasión, establece una línea específica para el sector del aceite de oliva y, una vez más, la Administración vuelve a establecer distintas líneas de salida para la valoración de proyectos presentados por cooperativas y para los presentados por almazaras industriales.

Esta situación no es nueva para el sector industrial fabricante de aceite de oliva, pues en la última convocatoria de esta línea de ayudas, que tuvo lugar en 2014, más del 80% de beneficiarios de las ayudas financiadas con fondos FEADER, fueron cooperativas y sólo el 3% de los beneficiarios fueron almazaras industriales.

Según Manuel Heredia, presidente de la Asociación Empresarial de Almazaras Industriales de Córdoba, el sector olivarero cordobés presenta una singularidad importante pues, mientras que en las demás provincias productoras el 70% del aceite de oliva es producido por entidades cooperativas y el 30% restante, por almazaras privadas, en Córdoba, este porcentaje se incrementa considerablemente, dando un mayor protagonismo al sector industrial fabricante de aceite de oliva cuyo porcentaje de producción asciende, para la campaña 2015/16, al 45,26%, frente, al 54,74% que corresponde a entidades cooperativas.

Es decir, de los 269.406 Tn producidas en la provincia, 121.936 Tn han sido producidas por almazaras privadas y obtenidas de las aceitunas aportadas por más de 16.000 cosecheros que confían su producto a los industriales fabricantes de aceite de oliva.

Por tanto, desde un punto de vista social, la labor que lleva a cabo una almazara industrial en su zona productora de influencia es indiscutible pues, el ejercicio de su actividad va asociado a la creación de puestos de trabajo de calidad, tanto directos como indirectos, así como al mantenimiento de los existentes, con lo que contribuye al mantenimiento de la población en todos los núcleos rurales productores de aceite de oliva de la provincia, pues las almazaras industriales se encuentran distribuidas por todos los municipios de la provincia de Córdoba. Es decir, cumple a la perfección con los objetivos establecidos por la UE, para la asignación de fondos FEADER, pues las almazaras industriales contribuyen activamente en la fijación de la población a las zonas rurales y, por tanto, al desarrollo rural de su ámbito territorial de influencia.

Desde el punto de vista económico, la almazara industrial, debido a la labor desarrollada por los profesionales que la gestionan, garantiza un precio justo de la aceituna entregada por sus agricultores. Asimismo, premia el esfuerzo realizado por los mismos para la obtención de un producto de calidad, pues incentiva la recolección temprana del fruto, iniciando la campaña de recolección antes que otras almazaras de la zona y, de esta forma, aprovechar la mayor cotización de precios que el aceite obtenido a principio de campaña suele tener.

Por todo lo anteriormente expuesto, entendemos que no hay gran diferencia entre la actividad desempeñada por una almazara industrial fabricante de aceite de oliva y una sociedad cooperativa que elabora el mismo producto.
Por el contrario, existen grandes diferencias de trato entre ambos tipos de sociedades, que sitúan a las almazaras industriales en clara desventaja frente a cooperativas, tal y como se refleja en la nueva convocatoria de ayudas, pues con la actual redacción de la Orden de incentivos, el 25% de las almazaras de la provincia, no podrán solicitar la ayuda, por no disponer de los 20 puntos establecidos por la Consejería para tal fin. El 75% restante, entrará en concurrencia competitiva con entidades cooperativas, que aplicando los criterios de puntuación establecidos por la Orden, gozarán de una clara ventaja frente a almazaras industriales, reproduciéndose, una vez más, la situación acontecida en la última convocatoria de ayudas.

Se trata de un claro ejemplo de cómo la Administración da un trato preferente a un tipo de almazaras frente a otras cuando la acción territorial y la labor social que ambos tipos de almazaras desarrollan en su municipio es la misma.

Desde la Asociación Empresarial de Almazaras Industriales de Córdoba lamentan el trato discriminatorio al que están sometidas las almazaras industriales de la provincia y el escaso reconocimiento que la Administración profesa a la labor económica y social que los fabricantes industriales de aceite de oliva desarrollan en su ámbito territorial.