Silvia Escudero-Curiel, investigadora del grupo de Bioingeniería de Procesos Sostenibles.

Olimerca.- Emplear los residuos de la producción del aceite de oliva para la depuración de los restos de medicamentos en las aguas residuales y, así, impedir su llegada a los ríos y al medio marino, donde pueden resultar perjudiciales para los seres vivos y los diferentes organismos que habitan estos ecosistemas. 

Esta es la tesis que defiende Silvia Escudero-Curiel, investigadora del grupo de Bioingeniería de Procesos Sostenibles, BIOSUV, de Cintecx -Centro de investigación en Tecnologías, Energía y Procesos Industriales de la Universidad de Vigo-, en un artículo publicado en la revista Environmental Pollution, en el que demuestra que el tratamiento es posible a través de la valorización de residuos industriales transformándoles en adsorbentes de fármacos.

Siguiendo los principios de residuo cero, en este trabajo se utiliza alperujo como precursor de un adsorbente que capture los contaminantes del agua que las depuradoras no eliminan

Basado en la economía circular y de cercanía y generando impacto cero, el objetivo del trabajo es valorizar los residuos procedentes de industrias locales para la depuración de aguas residuales. 
En el caso de la industria colaboradora con este estudio, Aceites Abril S.L., su elevado volumen de producción proporciona una gran cantidad de este subproducto que puede ser utilizado como adsorbente, en lugar de ser gestionado como un residuo.

Carbonización hidrotermal
El método utilizado en esta investigación consiste en la carbonización hidrotermal, un procedimiento de conversión termoquímica que permite transformar la biomasa, en este caso el alperujo, en un material carbonado estructurado denominado “hidrochar” o “biocarbón” mediante la aplicación de temperatura (220ºC) en agua a presión de vapor saturado en un reactor de alta presión durante 2 horas.

“Utilizando la termovalorización de este subproducto resolvemos simultáneamente dos problemas: la gestión de los residuos derivados de la producción del aceite por un lado y el tratamiento de aguas por otro. De este modo, generamos un producto de valor añadido, un adsorbente con el que hemos obtenido muy buenos resultados, eliminando contaminantes con efectos ecotoxicológicos que las depuradoras no eliminan, como la fluoxetina y la cefazolina”, señala Silvia Escudero-Curiel. 

“Es una tecnología que requiere poca inversión y muy rentable que se aplicaría como tratamiento de las aguas, siguiendo los principios de la economía circular y residuo cero, aunque al no existir legislación aún no se implementa. Sin embargo, es cuestión de tiempo, ya que la Unión Europea está poniendo a punto la legislación sobre este problema medioambiental”, apunta la investigadora. Asimismo,

Escudero-Curiel destaca que esta tecnología se podría aplicar en otros ámbitos realizando una funcionalización para cubrir necesidades surgidas de otros problemas. Desde el grupo BIOSUV de CINTECX, del que forma parte la investigadora, están aplicando estas técnicas a otros procesos.