Aceituna temprana

Olimerca.-  Es una situación inédita en el sector del olivar y del aceite de oliva, donde la climatología ha jugado en contra de manera importante a lo que se ha sumado el incremento de los costes de insumos, energía, combustibles, con la consiguiente repercusión en los precios en origen del aceite de oliva.

Según Juan Vilar Hernández, analista oleícola internacional, consultor estratégico, y profesor de la UJA “Frente a este importante incremento de costes, los mayores consumidores, que son las familias de clase media, podrían dejar de consumir aceite de oliva virgen extra e ir introduciendo otras grasas más económicas en su día a día. No obstante, esto es difícil, pues el resto de grasas animales y vegetales se han apreciado igualmente, así lo considera  Vilar

No todas las categorías tendrán la misma evolución en su remuneración en origen, en este caso por la caída de calidad, el virgen extra será el más demandado a unos mayores valores de cotización, y esta campaña podría caracterizarse por la valorización de la categoría virgen.
Por el contrario, si los precios se mantienen, o suben, el mercado del aceite de oliva habrá sufrido un deterioro del consumo, y ello solventaría la escasez de producto en el mercado en este año. Sólo en el caso de que los precios bajaran, de forma gradual, nos encontraríamos en una situación de equilibrio de la oferta y la demanda, si esa caída fuese muy consistente, habría un claro desabastecimiento del sector.

Medidas a adoptar
En este contexto, el primer paso para abordar la situación actual y futura es conocer de forma perfecta el perfil financiero analítico de las empresas; es decir, cual es la real composición de costes, de este modo, sabremos cómo y cuándo podremos cubrirlos completamente buscando la situación de equilibrio.

Tras ello, es importante estar informado de lo que el entorno vaya experimentando, es decir, con el esfuerzo, estudio, y conocimiento hay que luchar contra la incertidumbre que nos vulnera, y por último en situaciones de incertidumbre, turbulencia e inestabilidad, y sabiendo que la próxima campaña podría no ser muy elevada, se ha de operar poco a poco, gradualmente, consiguiendo minimizar los costes, y de este modo eliminar las potenciales situaciones de riesgo.

Es una campaña difícil para la mayor parte de operadores de la cadena, exceptuando las fincas modernas eficientes, y por ahora, el último eslabón. Es un momento de gestión coyuntural, gradual y puntual, nada de estrategias largoplacistas, para paliarla, concluye Juan Vilar.