Olimerca.- El consumo per cápita de aceite de oliva a nivel mundial asciende a 410 gramos tal y como publicábamos la semana pasada en Olimerca (ver noticia aquí). Sin embargo, si atendemos a la población menor a 34 años, que suponen más del 50% de la población mundial, esta cantidad desciende hasta los 103 gramos, es decir, más de 4 veces menos que la del resto del mundo.

Así se desprende de un informe publicado por la Fundación Caja Rural de Jaén, que también pone de manifiesto que los aceites de oliva son un producto de consumo por familiaridad y cercanía, pues el consumo en jóvenes es muy superior en los países que lo producen, si lo comparamos con los que solo consumen, o producen menos o de forma puntual.   

Razones para un menor consumo
Así, ante las razones que llevan a los jóvenes a consumir un menor porcentaje de aceites de oliva que el resto de los segmentos, este estudio señala que, en primer lugar, uno de los vectores fundamentales de potenciación de consumo de aceites de oliva, como es la salud, no es un atributo esencial apreciado por este segmento de la población, simplemente porque gozan de un estado, de forma general saludable especialmente satisfactorio, dejando de ser el más prioritario, por tanto. 

"Es fundamental llevar a cabo medidas promociones encaminadas a este segmento poblacional, a las fuentes de alimentación de las cuales se nutren fuera de casa (restauración), y a aquellas que los proveen en el hogar (industria alimentaria)"

Otro factor es que los jóvenes, al menos 15 veces por semana, de media, comen fuera de casa y lo hacen fundamentalmente en restaurantes de comida rápida. El resto de veces, lo hacen dentro de casa, con una particularidad, y es que comen comida precocinada, y por lo tanto no existe una relación directa entre jóvenes y alimentación con aceite de oliva, salvo cuando cocinan padre o madre consumidores de aceites de oliva, y estos comen dentro del hogar. 

Asimismo, el estudio apunta también que “esta falta de atención que los jóvenes sienten por los aceites de oliva, como la miopía del sector de elaboración de aceites de oliva hacia los jóvenes, pone en peligro, no solo, la generación actual de consumidores, los jóvenes actuales, sino los futuros, pues  estos son los que están en edad de educar a los potenciales consumidores futuros, son  al menos  dos generaciones”. 

Por lo tanto, concluye que es fundamental llevar a cabo medidas promociones encaminadas a este segmento poblacional, a las fuentes de alimentación de las cuales se nutren fuera de casa (restauración), y a aquellas que los proveen en el hogar (industria alimentaria de transformación y distribución). De lo contrario, cada vez se pospondrá más el segmento mayoritario de consumo de aceites de oliva, que en la actualidad comienza a los 49 años de media, perdiendo de este modo potenciales demandantes.