Olimerca.- El consumo mundial de aceite de oliva sólo supone 1,25 kg de cada 100 kg de aceites y grasas. Se trata de una de las principales conclusiones extraídas de la conferencia impartida por Juan Vilar, bajo el título “Los aceites de oliva, como producto diferenciado dentro del entorno internacional de los aceites y grasas alimentarias”, en la edición 2023 del Congreso Internacional de Aceites y Grasas Alimentarias, que ha tenido lugar durante los días 8 y 9 de junio en Rotterdam.

En el planeta se consumen por ejercicio 247,8 millones de toneladas de aceites y grasas animales y vegetales, de estos tan solo el 80% se destinan a alimentación, pues aproximadamente, unos 50 millones de toneladas, fundamentalmente, de aceites de colza, soja, palma y un porcentaje adicional grasas animales, se destinan como materia prima de sectores como el de combustibles, y biotecnología.

Los aceites y grasas que copan el ranking productivo serían el de palma, con el 29%, soja, con el 22%, colza 11%, y girasol 8%, al final de la lista tenemos los aceites de oliva con el 1,25%, esta campaña, algo menos, y el aceite de orujo de oliva con un 0,03%, por lo tanto, se trata de un aceite minoritario, comparativamente con el resto de productos que conforman este ranking, por otro lado, las grasas y sebos animales ya suponen cerca del 17% del total.

410 gramos por persona y año
Igualmente Vilar puso de manifiesto que el aceite de oliva cuenta con un amplio recorrido de demanda, pues tan solo se consumen en el planeta, por persona y año 410 gramos, este año aún menos. Por grupos de países, los grandes productores (España, Italia, etc.) demandan por persona y año 6 kg, los pequeños productores (Brasil, EEUU, etc.) 750 gramos de media, y los no productores (UK, Rusia, Canadá, etc.), 270 gramos.

Por otro lado, también puso de manifiesto que el consumo futuro de aceites de oliva está en peligro, especialmente por los nuevos hábitos de consumo, de forma fundamental, en jóvenes menores de 34 años que tan solo consumen, de media por año 100 gramos, esto limita el consumo actual, y el futuro, pues ellos son los que están en el momento de educar a las generaciones futuras en el consumo de aceites de oliva, por lo tanto, en este segmento poblacional se ha de incidir, así como, en los establecimientos, e industria de cuyos productos se alimentan, para que usen aceites de oliva.