Olimerca.- Medidas y objetivos para que el sector olivarero tenga garantizado su futuro. Es lo que pretende Grupo Interóleo con la elaboración de un decálogo en el que, según asegura, “muestra el mejor camino a seguir para que los productores de aceite de oliva sean más sostenibles y obtengan una mayor rentabilidad”.

Conscientes de que el sector se encuentra en un momento de cambios debido a la situación geopolítica y económica mundial, la nueva PAC, el incremento de los costes, la sequía y la falta de materias primas, Grupo Interóleo considera vital hacer una reflexión para establecer una hoja de ruta clara y tratar de acertar el camino correcto para los próximos años.

Decálogo de Grupo Interóleo

  • Potenciar la relación entre el sector productor, envasador y distribuidor del aceite de oliva para lograr establecer mejores condiciones para todos, que nos permitan aumentar el consumo mundial de aceite de oliva.
  • Mejora en los sistemas de producción, los sistemas de explotación y, sobre todo, la comercialización y venta de aceite de oliva. El sector ha de aprender de las experiencias que se han revelado como de éxito tanto en el suyo propio como en sectores limítrofes.
  • El agua es un factor limitante que hay que conseguir que sea un recurso continuo y permanente, tanto en épocas de sequía como en la abundancia, y para ello son necesarias políticas nacionales y regionales adaptadas a la situación de cada zona.
  • Transformar los modelos de negocios para resultar más competitivos. Para ello, es necesario aumentar la inversión en la profesionalización de los olivicultores y de los operarios en las almazaras, incrementando su formación específica .
  • Hay que tratar de evitar la volatilidad de los precios del aceite de oliva. La variación de precios que presenta en los últimos años no es positiva para ninguna de las partes implicadas en la producción y comercialización. La estabilidad permitiría a las empresas y a los olivareros establecer marcos de colaboración interanual que beneficiarían a todos.
  • La apuesta por la calidad del producto ha de ser una obligación para todos los operadores. Hay que establecer sistemas que garanticen la calidad del aceite de oliva en todas las fases y en todo el ciclo de comercialización, apostando por la autorregulación, como tiene establecido ya el sector del zumo de fruta en España.
  • Incentivar en el consumidor la valorización del aceite y de oliva para que apueste por este producto. Los diferentes eslabones de la cadena también pueden contribuir a valorizar este alimento y la distribución tiene que contribuir a su expansión.
  • Hay que apostar con mayor intensidad por la I+D+i a lo largo de toda la cadena, para lo cual es imprescindible incrementar la colaboración público-privada entre empresas, universidades y centros de investigación que potencien la innovación en cada uno de los eslabones, pero estando todos conectados.
  • La apuesta real por la internacionalización es la única vía para incrementar la comercialización de los aceites de oliva en los mercados dónde España aún no está muy presente. Todos los operadores presentes en el sector han de unirse para abordar los países donde aún tenemos capacidad de crecimiento.
  • La mecanización, robotización y digitalización de los distintos procesos de producción, desde la plantación del olivar hasta la distribución y la restauración ha de ser una prioridad que además ayudar a mejorar la trazabilidad de los productos y mejorar la eficiencia de los procesos, ayudando así a mejorar la rentabilidad final del negocio.