Olimerca.- La biomasa se ha convertido en una fuente de energía renovable cuyo uso se ha multiplicado por siete en 12 años. El 14% de los hogares emplea ya algún tipo de biomasa para calentarse, básicamente pellets, residuos comprimidos de limpiezas forestales y fábricas de madera que reemplazan a los combustibles fósiles (sobre todo al gasóleo, habitual donde no llega gas canalizado), reduciendo así su impacto sobre el medio ambiente. Pero según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), su comercialización podría frenarse.

Esto se debe a que el precio del pellet ha subido un 64% en los dos últimos años y por ello, desde la propia Organización se insta a las autoridades a vigilar de cerca el mercado para evitar movimientos especulativos. Además, considera que el actual IVA reducido del 10% a los pellets debería mantenerse más allá de junio, fecha en que vence esta medida, y ampliarse a otros tipos de biomasa igualmente abundantes, como el hueso de aceituna y las cáscaras de almendra.

Al mismo tiempo, OCU invita a los usuarios de pellets a comparar precios. Un reciente análisis de sacos de 15 kilos con certificados EN-plus A1 revela que, según el precio y la calidad pellet que finalmente se adquiera, el ahorro para un consumo de cinco horas al día podría superar los 50 euros al año con una estufa de 8,5 kW; y los 150 euros al año con una caldera de 25 kW.

Unos ahorros que podrían ser aún mayores si el pellet se sustituye por la cáscara de almendra o, mejor aún, por el hueso de aceituna; dos fuentes de energía con menor capacidad calorífica pero también más baratas, aunque en este caso sería preciso contar con una caldera policombustible.