flor del olivo

Olimerca.-  El mercado español del aceite de oliva está sufriendo una situación absolutamente única y excepcional que ni los más viejos del sector son capaces de asimilar y comparar con nada similar, ni parecido en los últimos 50 años.

Esta anomalía en la producción, como consecuencia de la sequía, se ha trasladado a la comercialización y los precios en origen y por ende al consumidor. Todo ello ha generado una burbuja que a muchos de los operadores de la cadena de valor les preocupa el día que nos estalle en las manos.

A cuatro meses para que se inicie la nueva cosecha, los factores ambientales y climatológicos siguen dando soporte a esa “burbuja” tal y como se ve semana a semana en el comportamiento de los precios al alza.  En los primeros días de mayo las escasas ofertas de lampante se movían entre los 5,30€/kg y los 5,35€/kg, y aunque la demanda se mueve con cautela, en el momento en el que un industrial envasador mueve ficha la siguiente operación ya se cierra a precios más altos.

El resto de las categorías no se quedan atrás. Al cierre de la primera semana del mes de mayo los vírgenes extras tocaban el suelo en los 5,70€ y el techo lo marcaban las necesidades de la demanda, a partir de los 6,00€/kg.

Pero lo peor puede estar por llegar si la climatología no acompaña a nuestros olivares, tanto de riego como de secano, que son los más sufridores. Si en los próximos meses no llueve nos enfrentaremos a una segunda campaña aún peor que la actual y entonces si que tendremos todos los elementos para que se forme la “tormenta perfecta”.

El estado fenológico de los olivos es absolutamente explosivo, con una gran cantidad de floración que puede irse al traste si el árbol no recupera sus adecuados niveles hídricos en el suelo. Hoy en día, las reservas de agua para regadío son exiguas con lo que el olivo se verá obligado a reducir su carga en flor para aguantar la travesía del desierto que le espera en verano.

Pero a pesar de este contexto tan negativo al que nos estamos enfrentando, sería bueno que reflexionemos sobre la actitud que debemos ir pensando adoptar frente a otros escenarios que nos llegarán, tarde o temprano, con la llegada de las lluvias y las cosechas de cerca de 2.000.0000 toneladas de aceite de oliva. 

Habrá que estar preparados para nuevos récord de producción con unos consumidores que han perdido la confianza en el aceite de oliva y que viene de ver en el lineal precios por encima de los 8 euros/litro.

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