Olimerca.- Tras conocer los últimos datos provisionales de la Agencia de Información y Control Alimentarios, (AICA) acerca de las salidas de aceite de oliva en el mes de enero, con un buen balance de salidas en lo que va de campaña, ahora nos encontramos en un momento en el que se debe de imponer en toda la cadena de valor del aceite de oliva la sensatez y la responsabilidad para evitar no sólo que se desplomen los consumos, tanto en el exterior como en el mercado nacional, sino que también todos trabajemos por esa necesaria estabilidad de los precios, mirando al productor y mirando al consumidor.

Ahora es un buen momento para el análisis y la reflexión acerca de qué mercado queremos para el aceite de oliva en los próximos meses, cómo queremos llegar al próximo enlace de campaña y si somos capaces de demostrar que España no sólo lidera la producción, sino también la comercialización y el sostenimiento de los precios.

En estos momentos, con los datos que conocemos a finales de enero, la cosecha de la campaña actual podría alcanzar un volumen de aceite de oliva en torno a 1.470.000 toneladas que, unido a las 422.000 ton de enlace entre campañas, nos encontramos con unas disponibilidades totales en la campaña actual de 1.892.000 toneladas. A todo esto hay que añadir  del orden de 175.000 toneladas de aceite de oliva que se pueden importar esta campaña.

Ahora bien, si el sector envasador y exportador es capaz de mantener unas salidas mensuales del orden de las 120.000 tonelada/mes, llegaremos al mes de octubre con un total de salidas de 1.440.000 toneladas, con lo que el balance de existencias, a finales de septiembre de 2022, rondarán las 550.000 toneladas.

La única preocupación en  estos momentos importante para los grandes envasadores es mantener las exportaciones, que en estos momentos reflejan una caída del 15% y sostener el mercado interior que no es capaz de levantar de las 500.000 ton al año.

En resumen, hay que mantener el ritmo de salidas de aceite, sea como sea, hay que mantener una política de precios estable y sostenida en los próximos meses, porque estamos en un contexto de precios razonables que no deben experimentar ni rebotes ni bajadas. Se trata de garantizar que toda la cadena de valor sea justa, equitativa y responsable.