Primadona en Lidl Suiza

Olimerca.-  La fundación suiza International Olive Foundation (IOF) ha denunciado ante la Comisión Suiza de Equidad, la estrategia de precios que está siguiendo la cadena de hipermercados Lidl con el aceite de oliva de la marca Primadonna, envasada por Mercaóleo y que se está vendiendo 4,09 francos suizos el litro, bajo el lema corporativo de la cadena de supermercados “Apostamos por productos sostenibles a precios justos”.

Ante este hecho, la IOF considera que vendiendo aceite de oliva virgen extra a ese precio no se están pagando precios de compra justos ni están actuando de manera sostenible,  como reza el lema de ventas, ya que solo los derechos de aduanas en este país ascienden a 86,70 francos suizos por cada 100 kg de peso bruto.

Según los cálculos de la IOF, al pago de aduanas hay que añadir el IVA, los costes habituales de transporte y fondos de garantía para las importaciones en Suiza, entre otros. De este modo, la fundación suiza indica que el precio resultante de la materia prima estaría muy por debajo del límite que garantiza sostenibilidad para los productores del sur de España.

Y si a ello añadimos que Lidl Suiza además, desea obtener algún margen de venta, el precio de compra por parte de Lidl sería aun menor, lo que no garantizaría la sostenibilidad para los productores españoles, indican desde la IOF.

Los pros y contras de la globalización

Muchas cosas están cambiando en el mundo del aceite de oliva en los mercados exteriores. A pesar de que su consumo mundial se reduce a una cuota del orden del 1,35%, según datos del USDA Oil Crops Year Book, con un volumen en la campaña 2017/18 de 2,6 mill. de toneladas, todavía estamos a años luz de mercado como el aceite de girasol que mueve al año más de 17 mill. de toneladas o el aceite de soja o la colza con 56,3 mill. de toneladas y 29,3 mill. de toneladas.

Hablamos de que el aceite de oliva a nivel mundial tiene frente a sí un gran recorrido gracias a sus numerosas y contrastadas propiedades saludables, pero contaba con el hándicap de que sus precios se posicionaban muy por encima de otros aceites vegetales, lo que de alguna manera recortaba sus posibilidades de crecimiento.

Hoy, con el aumento de la competencia entre operadores de distintos países, se puede hablar de que los precios han mostrado en los últimos años un ajuste a la baja, en aras de dinamizar el consumo mundial. Algunas de las principales cadenas de distribución ya manejan en el exterior precios similares a los que se fijan en el mercado nacional.

El problema es que esa globalización se traduzca en una banalización del producto, donde no prime la calidad y no se valore el esfuerzo de los productores que lo han elaborado. Podemos entrar en un círculo vicioso muy perjudicial para nuestro aceite de oliva.