Olimerca.- La borrasca Filomena que tanta nieve dejó al pasado mes de enero en la mayor parte del país ha dejado pérdidas de 172 millones de euros en el olivar de Toledo, así lo estima la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores, Asaja, de la provincia, tras analizar los informes periciales realizados por los servicios técnicos de la organización agraria después de la recogida de datos en la que han colaborado 78 ayuntamientos de Toledo.

Asaja Toledo ha presentado recientemente estos informes para adjuntarlos a la declaración de Zona Afectada Gravemente por una Emergencia de Protección Civil (la conocida como zona catastrófica), declarada por el Gobierno nacional, cumpliendo el plazo previsto en la normativa para la presentación de documentación anexa sobre daños.

Tras comprobar en cifras el impacto de Filomena, la organización agraria espera que “tanto la Administración central como la regional y las locales estén a la altura y lleguen a los agricultores toledanos las ayudas previstas por la legislación en casos de catástrofes naturales como la que arrasó el campo de la provincia el pasado mes de enero”.

Valor de los daños
De los informes periciales se desprende que, solo esta campaña, el valor de los daños en el olivar rondarán los 73 millones de euros entre la pérdida de la mitad de la cosecha, el sobrecoste por los tratamientos fitosanitarios para tratar contra la tuberculosis y el barrenillo, afecciones derivadas de las heladas y las heridas provocadas en la madera, así como el coste de la limpieza y poda de partes dañadas o heladas para equilibrar la parte aérea de los olivos.

A esa cifra habría que añadir la importante disminución de producción que se espera para los próximos cuatro o cinco años, debido a la pérdida del 60% del volumen de copa del árbol a causa de los efectos de la nevada, con ramas tronchadas por el peso extra de entre 70 y 80 kilos que tuvieron que soportar, y los daños por el hielo que han provocado que partes del árbol se sequen. Esta situación está exigiendo una poda severa que, en muchos casos, supone cortar los olivos por las cruces para que se regeneren.

La nevada ha afectado a la mayor parte del olivar de la provincia de Toledo, con mayores daños en algunas de las principales comarcas olivareras como Montes-Los Yébenes, Montes-Navahermosa, Mora y algunos municipios de La Jara y La Mancha.