Olimerca.- El primer aceite de oliva procedente de olivos resistentes a la Xylella fastidiosa ya está aquí, se ha producido en Italia, gracias al injerto de plantas enfermas con variedades resistentes de Leccino que, después de tres años, volvieron a producir en la zona de Salento en Gagliano del Capo, según señalan desde Coldirtetti.

"Una señal de renacimiento para la provincia de Lecce que gracias a las variedades e injertos resistentes a Xylella podrá recuperar un patrimonio incalculable, perdido debido a retrasos y la falta de voluntad para hacer frente a la lucha contra la bacteria que ha causado pérdidas estimadas en 1.200 millones de euros”, ha señalado Savino Muraglia, presidente de Coldiretti Puglia.

El primer prensado de aceitunas ha abierto la cosecha de aceitunas en Puglia, donde se produce más de la mitad del aceite italiano.

La producción de aceite de oliva virgen extra en Puglia se estima que aumente entre el 70 y el 80%, según explican desde Coldiretti

Tras estos resultados tan positivos, "el consorcio de aceitunas de Unaprol entregará 100.000 olivos resistentes a Xylella que serán confiados a nuestros productores de olivos en octubre, un compromiso de no condenar la desertificación del área infectada de 183,000 hectáreas", anunció el presidente de Unaprol, David Granieri.

La Xylella fastidiosa ha causado la pérdida de cerca de 3 de cada 4 aceitunas en la provincia de Lecce y una reducción de la producción de aceite de oliva del 73% en el último año, según un análisis de Coldiretti Puglia, basado en datos del Sistema de Información Agrícola Nacional (SIAN) que no se recuperará en el año 2019-2020.

Millones de olivos secos

El avance de la Xylella ha dejado atrás millones de olivos secos, muchos de ellos monumentales, a medida que avanzaba en territorio italiano hacia el norte, a una velocidad de más de 2 kilómetros al mes, con consecuencias económicas, productivas y sociales: 5.000 puestos de trabajo perdido en la cadena de suministro de aceite de oliva virgen extra con almazaras paradas en Grecia, Marruecos y Túnez. Una tendencia que, según Colditerri, “corre el riesgo de volverse irreversible si no hay intervención con herramientas adecuadas para revivir producción italiana, con especial atención en Puglia, que hasta ahora ha garantizado casi la mitad del aceite de oliva producido en Italia”.