Olimerca.- La Red de Alerta e Información Fitosaniaria de Andalucía (RAIF) informa de que la actividad de la mosca del olivo (Bactrocera oleae), en los olivares andaluces, va en aumento, con una mayor presencia en Cádiz y Huelva. En ambas provincias se han reunido las condiciones favorables, alta humedad relativa y temperaturas suaves, para la biología de este insecto. Se alcanzan en estos días unos valores medios provinciales de 5,80 y 2,10 adultos/placa y día, respectivamente.

Por otra parte, se observan frutos afectados en todas las provincias a excepción de Granada; siendo más significativa su incidencia en Cádiz, en donde se registra un valor medio provincial del 0,60% de picada total, seguido de Sevilla con un 0,20%. Por zonas biológicas, es mayor su ataque en Osuna Sur (Sevilla) con el 0,70% y Sierra Morena Occidental (Córdoba) con un 0,40%, según la RAIF.

Por el momento, la viabilidad de esta picada observada es muy escasa, y no se supera en ninguna de las zonas olivareras el 0,10% de picada viva.

En cuanto al vuelo de adultos, se registra un mayor número de capturas en los moqueros Mac-phail situados en la provincia de Cádiz, con un valor medio provincial de 3,60 y en los de Córdoba con 1,40 adultos/mosquero y día.

En los registros obtenidos en las placas cromotrópicas, destacan las provincias de Cádiz, Huelva y Málaga, con medias de 5,80, 2,10 y 1,70 adultos/placa y día, respectivamente.

Asimismo, destacan que se han realizado tratamientos de control en algunos puntos de Cádiz y Sevilla.
Como conclusión, la RAIF destaca que a pesar de que la actividad de la mosca del olivo va en aumento, los índices son inferiores a otros años, y actualmente, de forma localizada en parcelas de variedades de aceituna de mesa o en zonas de sierra, donde las temperaturas son más frescas.

Por ello, aconseja vigilar el cultivo, observando la evolución de este insecto, tanto cuantificando las poblaciones de adultos en trampas, como la incidencia de estos sobre las aceitunas, mediante la realización de muestreos de frutos.

Para ello, consideran que es bueno conocer la biología de la mosca, sabiendo que cuenta con factores limitantes para su actividad: condiciones ambientales de temperatura y humedad relativa. Se interrumpe su desarrollo con temperaturas inferiores a los 6ºC y mayores de 35ºC, siendo su rango óptimo el comprendido entre 20-25ºC. Una humedad relativa elevada (>80-85%) favorece la incidencia de la plaga. En verano, las altas temperaturas combinadas con la baja humedad relativa desecan huevos y larvas causando su muerte.