Olimerca.- La industria del aceite de oliva es tan antigua como la civilización misma. Durante miles de años, los procesos de producción apenas han cambiado, conservando una tradición casi sagrada. 
Sin embargo, como en cualquier sector, la adaptación a las nuevas tecnologías es crucial para mantener la competitividad. Desde la implementación de sistemas de riego automatizados hasta el uso de nivel láser para el mapeo y planificación de nuevos olivares, la innovación tecnológica está remodelando esta milenaria industria.


Avances en la agricultura de precisión
La agricultura de precisión emplea tecnologías avanzadas como GPS, drones y sensores para recopilar datos en tiempo real sobre las condiciones de los cultivos y el suelo. Esta valiosa información permite tomar decisiones informadas sobre el riego, la fertilización y la gestión de los cultivos.

En el caso de los olivares, estas tecnologías permiten realizar ajustes precisos que mejoran la calidad del aceite de oliva, optimizan la eficiencia del agua y minimizan el uso de productos químicos. 

Al aprovechar las herramientas más avanzadas, los agricultores pueden garantizar las condiciones ideales para el crecimiento del olivo, lo que resulta en un producto superior que deleita a los consumidores y promueve prácticas sostenibles en la industria agrícola.

Automatización en la cosecha y procesamiento de olivas
En una industria donde aún predomina la recolección manual, la automatización representa una revolución. La introducción de máquinas recolectoras no sólo acelera el proceso sino que también mejora la calidad del producto final. 

Además, sistemas de trazabilidad basados en blockchain o códigos QR pueden ofrecer a los consumidores una visión detallada del origen y la calidad del aceite de oliva que adquieren.

Innovación en la extracción y calidad
La extracción del aceite de oliva también ha sido testigo de una buena dosis de innovación tecnológica. Las modernas técnicas de centrifugación han mejorado enormemente la eficiencia en la extracción del aceite y reducido la cantidad de agua necesaria en el proceso. Esta integración de tecnología avanzada ha revolucionado la industria del aceite de oliva, garantizando una mayor productividad y productos de calidad constante.