De izquierda a derecha, el investigador Andrés Díaz-López y las investigadoras Cristina Valle-Hita, Nancy Babio y Nerea Becerra-Tomás.

Olimerca.- El deterioro de la función renal es un problema común entre las personas de edad avanzada, el cual puede desencadenar la aparición de la enfermedad renal crónica. Entre los factores de riesgo modificables y relacionados con el estilo de vida, la dieta parece desempeñar un papel crucial en el mantenimiento de la función renal y en la progresión de la enfermedad renal crónica. Sin embargo, la mayoría de las investigaciones previas relacionadas con este tema se han centrado únicamente en nutrientes específicos o en grupos de alimentos en lugar de patrones dietéticos. Además, los pocos estudios que evalúan patrones dietéticos específicos, como por ejemplo la dieta mediterránea o la dieta DASH (Dietary Approach to Stop Hypertension), muestran diversas discrepancias en sus resultados.

Es por ello que, con la finalidad de aumentar el conocimiento al respecto y clarificar las diferencias observadas por otros estudios, el equipo de investigadores de la Unidad de Nutrición de la URV-IISPV-CIBERobn junto con otros investigadores del estudio PREDIMED-Plus, han evaluado la asociación entre la adherencia a dos patrones dietéticos saludables, la dieta mediterránea (evaluada a través de dos índices diferentes) y la dieta DASH, y los cambios en la función renal tras un año de seguimiento. 

Además, han evaluado la asociación entre la adherencia a un patrón proteico, usando el Protein Diet Score, y la función renal. El Protein Diet Score es un índice que oscila entre los 0 y los 20 puntos, los cuales dependen de la ingesta proteica total y del ratio proteína vegetal:animal. De modo que una mayor puntuación refleja un mayor consumo total de proteínas y/o un mayor ratio proteína vegetal:animal, es decir, un mayor consumo de proteínas de origen vegetal frente a la proteína de origen animal.

5.675 participantes evaluados
Tras analizar los datos de 5.675 participantes, únicamente un cambio hacia una mayor adherencia a la dieta mediterránea, se asoció con un menor deterioro de la función renal basada en la tasa de filtración glomerular. Además, tras un año de seguimiento a las personas con una mayor adherencia a este patrón dietético se observó una reducción del 38% del riesgo de que se produjese un declive mayor o igual al 10% en la tasa de filtración glomerular. Por otro lado, un cambio hacia una mayor adherencia a un patrón proteico se asoció con un empeoramiento de la tasa de filtración glomerular.

En este mismo trabajo, también se exploró la asociación entre cada uno de los diferentes ítems o preguntas que conforman el cuestionario “17-items energy-reduced Mediterranean Diet”. Los resultados obtenidos mostraron que el consumo de verduras, legumbres, vino, así como la tradicional salsa mediterránea de tomate y aceite de oliva (sofrito) se asocia a una mejor función renal. 

Tras un año de seguimiento a las personas con una mayor adherencia a la dieta mediterránea se observó una reducción del 38% del riesgo de que se produjese un declive mayor o igual al 10%

Los autores, basándose en la evidencia científica previa, sugieren que estos alimentos podrían desempeñar un papel protector sobre el riñón reduciendo la inflamación sistémica, mejorando la función endotelial, el perfil lipídico, la resistencia a la insulina, preservando la presión arterial y modulando el índice y la carga glucémica, todos ellos, factores de riesgo reconocidos de disfunción renal.

Este trabajo, publicado en abril del 2022 en la revista científica European Journal of Nutrition, ha sido realizado por la investigadora predoctoral Cristina Valle-Hita, y ha sido liderado por Nerea Becerra-Tomás, investigadora postdoctoral en Imperial College London y colaboradora de la Unidad de Nutrición Humana (URV); Nancy Babio, investigadora y profesora agregada de la URV; y Andrés Díaz-López, investigador Serra Hunter de la URV. Todo el equipo forma parte del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn).