Olimerca.- A pesar de que la producción de aceite de oliva en Italia, en la campaña 2023/24,  será superior a las de la anterior, las cifras continuarán estando por debajo de la media. Así lo señalan las primeras estimaciones de Assitol, asociación italiana de la industria oleícola.

Éstas apuntan a que el país italiano producirá un total de 289.000 toneladas, un 20% más que la campaña anterior, cuando se quedaron en 240.000 toneladas, pero con cantidades inferiores a las 350.000 toneladas de las mejores campañas y completamente insuficientes para las necesidades del mercado interno y de exportación, equivalente a 1 millón de toneladas, señalan desde la Asociación.

En particular, la producción irá bastante bien en el sur, especialmente en Apulia, Sicilia y Calabria. La tendencia en el Centro-Norte, sin embargo, es más negativa, debido a que ha sido más afectada por fenómenos meteorológicos extremos.

Así, el escenario italiano, marcado por el mal tiempo, es reflejo del europeo. Apunta Asstitol que España, primer productor mundial, sigue sufriendo la crisis hídrica provocada por la sequía y, por segundo año consecutivo, no superará las 765.000 toneladas, reduciendo así a la mitad sus cantidades habituales. El cambio climático ha provocado sequías e incendios en Grecia, que se espera que alcance las 260.000 toneladas (-25%), mientras que Portugal crecerá casi un 20% (150.000 toneladas).

Pero el futuro no parece muy halagueño en el contexto de los principales países del mediterráneo. Por una parte tenemos que Túnez parece volver a una producción de 200.000 toneladas, pero al mismo tiempo, Turquía y Marruecos han cerrado temporalmente sus canales de exportación debido al poco aceite de oliva disponible para sus mercados interiores y no hay que olvidar que el Mediterráneo está en el centro de la escena internacional debido al recrudecimiento del conflicto palestino-israelí y a las desavenencias entre los países árabes, lo que podría desencadenar una nueva ola de subidas de precios de la energía.

Según señala el director general de Assitol Andrea Carrassi, “aunque las cantidades parezcan aumentar, es imposible que la campaña que acaba de comenzar pueda reajustar completamente la situación. De hecho, algunos de los problemas de la última campaña no han desaparecido: basta pensar en el cambio climático, que en las últimas semanas ha hecho sentir sus efectos también en zonas con una importante vocación oleícola como la Toscana".

Añade que “este mosaico de cuestiones críticas influirá también en los precios del aceite de oliva, que han alcanzado repetidamente niveles récord en los últimos meses”.

En este sentido, afirma que lamentablemente, la nueva campaña se abre en una fase de descenso del consumo (-11% en los últimos meses), que corre el riesgo de empeorar si la situación económica no mejora. “La incertidumbre sigue siendo el aspecto más preocupante, especialmente para las empresas, que después de años difíciles tienen serias dificultades para diseñar un plan real para sus actividades”.