Olimerca.- El pasado 16 de noviembre, los Estados miembros no lograron alcanzar la mayoría cualificada necesaria ni para renovar ni para rechazar la aprobación del glifosato durante la votación en el Comité de Apelación. Ahora, será la Comisión la que deberá adoptar una decisión antes del 15 de diciembre de 2023, que es cuando expira el actual período de aprobación. 

Desde la Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS), integrada por las organizaciones de agricultores Asaja, COAG y UPA, Cooperativas Agro-alimentarias de España, la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas (FEPEX) y la Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC.SV), aseguran que en dicho Comité, “España ha votado a favor de la renovación de la aprobación de la sustancia activa glifosato en la UE. La ciencia ha jugado un papel central en la decisión de la Comisión Europea de presentar esta propuesta de renovación de la aprobación del glifosato”.

Desde Alas, consideran importante que se siga pudiendo utilizar este herbicida y por ello solicitan a la Comisión Europea “la renovación urgente" por 15 años, “tal y como marca la normativa europea”.

Aseguran que la propuesta de la Comisión, para una renovación de la aprobación del glifosato por un periodo de 10 años, se ha basado en un riguroso proceso de evaluación que comenzó en 2019, conducida por Francia, Hungría, los Países Bajos y Suecia, como Grupo de Evaluación del Glifosato (AGG) y respaldada por la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que confirmaron que “el glifosato no cumple los criterios para ser clasificado como carcinógeno, mutagénico o tóxico para la reproducción y que concluyó que no existen áreas de preocupación permitiendo la renovación de la sustancia”.

El glifosato se viene empleando desde hace más de 50 años en agricultura para controlar las malas hierbas y libre de cualquier patente, y actualmente no tiene alternativa. Según ALAS, “la evidencia científica revela también que el glifosato contribuye a los objetivos de sostenibilidad de la UE en términos de lucha contra el cambio climático al permitir que los agricultores adoptemos prácticas de agricultura regenerativa, como la agricultura de conservación, que captura carbono en el suelo, fomenta la preservación y mejora de la biodiversidad en los ecosistemas agrícolas y mejora la calidad del agua”.

Concluyen en un comunicado que “un voto a favor de la renovación de la aprobación del glifosato no solo ha sido un voto a favor de la toma de decisiones amparada por el criterio científico, sino también un voto a favor de nuestros propios agricultores que necesitan una mayor disponibilidad de todo tipo de herramientas de lucha y control de plagas, enfermedades y malas hierbas, indispensables para la sostenibilidad de la agricultura”.