Olimerca.- En la mayoría de las parcelas de olivar andaluzas, los frutos ya cuajados están adquiriendo unos calibres que son receptivos para la mosca del olivo (Bactrocera oleae). Por este motivo, desde la segunda mitad de junio se está llevando a cabo el seguimiento y valoración de la presencia de este agente, tal y como señalan desde la Red de Alerta e Información Fitosanitaria de Andalucía, RAIF.

Los olivares de las provincias más occidentales cuentan con un notable adelanto fenológico respecto al resto de provincias, donde las aceitunas se encuentran más desarrolladas, y por tanto, más expuestas al ataque de la mosca del olivo. De hecho, ya se han constatado los primeros frutos picados, siendo las provincias de Sevilla y Cádiz, donde se registra una mayor actividad y registrándose unos valores medios provinciales en torno al 0,50% de frutos picados. Además, en la provincia de Cádiz se están realizando los primeros tratamientos fitosanitarios para su control.

Según la RAIF, los índices de población son altos en las provincias occidentales, como Cádiz y Sevilla, en donde se registran unos valores medios provinciales en mosqueros mac-phail de 12 y 9 adultos/mosquero y día, mientras que, en Córdoba y Málaga, los valores obtenidos son más reducidos con 3,24 y 5,40 adultos/mosquero y día, respectivamente. Por otra parte, en Jaén y Granada aún no se ha comenzado el seguimiento como consecuencia del retraso fenológico.

Los olivares de las provincias más occidentales cuentan con un notable adelanto fenológico respecto al resto de provincias, donde las aceitunas se encuentran más desarrolladas, y por tanto, más expuestas al ataque de la mosca del olivo

En cuanto a las capturas registradas en las trampas cromotrópicas, las poblaciones de adultos son algo más reducidas, no obstante, por los datos obtenidos destaca la provincia de Sevilla, con un valor medio provincial de 8,80 adultos/trampa y día, seguida de Cádiz con 3,50 y Málaga con 2,50.

De este modo, desde la RAIF se aconseja vigilar el cultivo, principalmente en variedades de mesa y las que se encuentren más adelantadas fenológicamente, cuantificando las poblaciones de adultos en trampas y la observación de frutos picados.