Roberto García, investigador de la Universidad de Jaén.

Olimerca.- La Denominación de Origen Estepa, dentro de la IX edición de la Cátedra de Olivicultura “José Humanes”, ha abordado el papel que juega el olivar en la lucha contra el cambio climático y la rentabilidad que podría suponer para los olivareros.

La entidad ha contado con la participación de Roberto García, investigador de la Universidad de Jaén, quien ha explicado los resultados del último estudio sobre la capacidad del olivar de trasladar C02 desde la atmósfera hacia el cultivo en forma de carbono orgánico, y su incidencia en la lucha contra el cambio climático, enmarcado dentro del Proyecto Sustainolive.

El territorio amparado por la Denominación de Origen Estepa se ha convertido en una zona olivarera pionera dentro de los estudios científicos que buscan avalar a este cultivo como “secuestrador de C02”. De esta forma, el Consejo Regulador ha impulsado iniciativas para transmitir a sus asociados la necesidad de fomentar un olivar más sostenible para responder a una demanda del propio entorno, la sociedad y la nueva política agraria comunitaria (PAC).

García ha comenzado explicando que el olivar es uno de los cultivos que más carbono orgánico acumula, encontrándose éste en “las estructuras permanentes del árbol como el tronco, las ramas primarias o las raíces”. 

En esta línea, la DOP Estepa aboga desde hace años por la implantación en el olivar de técnicas cada vez más sostenibles, como la cubierta vegetal, y realiza acciones para concienciar a los agricultores de la importancia de avanzar aún más hacia un cultivo 100% respetuoso con el medio ambiente.

La cubierta vegetal, el correcto triturado y empleo de la poda, o hacer uso del compostado como una fuente de carbono han sido algunas de las claves que el investigador ha destacado dentro del “carbofarming”, técnica que sirve para secuestrar este dióxido de carbono y mitigar de este modo el cambio climático.

Rentabilidad
García ha demostrado también, con su estudio, la rentabilidad de aplicar la materia en el olivar señalando que “cada hectárea puede secuestrar hasta 3,5 toneladas de CO2 por año”, y que cada tonelada supone “un valor de 85 euros”. Datos que han hecho que “cada vez más agricultores tomen más conciencia respecto a este tipo de prácticas”. A pesar de que el territorio amparado por la Denominación de Origen Estepa ya emplea técnicas sostenibles, como la producción integrada y la ecológica, y de que es una referencia mundial en este sentido, las diferentes investigaciones abiertas están demostrando el ya citado importante papel que puede jugar el cultivo en la lucha contra el cambio climático.

El conferenciante, que ha mostrado datos de un promedio de 24 fincas, ha explicado que “no hay aún una metodología única impuesta para seguir estas prácticas” pero espera que la Unión Europea lance pronto unas reglas únicas que “puedan certificar el trabajo realizado en este ámbito por cada agricultor”.