Olimerca.- Durante los primeros días de agosto Grecia se ha enfrentado a la peor ola de calor de las últimas tres décadas, con temperaturas que se elevaron por encima de los  43º C durante varios días seguidos. Esto, unido a una sequía prolongada con ausencia de lluvias durante los últimos tres meses, ha privado a los olivos de cualquier fuente de agua, lo que podría tener severas consecuencias de cara a la próxima campaña.

Tras una producción abundante en 2020/21 las previsiones para 2021/22 apuntaban a un descenso con motivo de la vecería, que podría ser aún mayor a lo esperado a consecuencia de la reciente ola de calor.

Los productores están viendo cómo las aceitunas, aún en el árbol se están deteriorando y cayéndose al suelo, tal y como publica Olive Oil Times.

A ello se une otra ola, la de incendios, que está afectando a importantes zonas del país, con la quema de bosques y cultivos en todo el país.

Grecia ya ha solicitado ayuda financiera a la Unión Europea para los productores de aceite de oliva y aceitunas de mesa afectados por la climatología adversa.