Olimerca.- Aún faltan al menos dos o tres años para poder probar el aceite de oliva virgen extra fruto de las variedades autóctonas gallegas Mansa y Brava, recuperadas gracias al proyecto de investigación “Caracterización y recuperación de variedades de olivo autóctonas de Galicia”, liderado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), pero éstas ya han despertado gran interés.

“Desde noviembre de 2016 hemos localizado y marcado 72 olivos, todos centenarios”, explica la investigadora del CSIC y responsable del proyecto, Carmen Martínez, que añade que hasta el momento, se ha analizado el ADN de 47 olivos, que ha puesto de manifiesto que hay 13 variedades distintas, de las cuales cinco se corresponden con variedades localizadas previamente en Galicia.
“En la época de maduración, es decir, a finales de 2017, se recogió aceituna y se han elaborado pequeñas cantidades de aceite de 15 olivos distintos. Los análisis han puesto de manifiesto que todos cumplen los parámetros exigidos por la normativa vigente para ser considerados aceites de calidad y que existen diferencias entre ellos, especialmente en la concentración de determinados compuestos. Es importante, sin embargo, ser cautos con estos datos, ya que cada olivo está en una ubicación diferente y sometidos a manejos muy distintos”, destaca Martínez.

Estos son los resultados del primer año de este proyecto, financiado íntegramente por la Fundación Juana de Vega, con cerca de 250.000 euros, cuya duración será de cuatro años.

En estos momentos el grupo de investigación está inmerso en la realización de los análisis de ADN de todos los olivos ya localizados y en las próximas semanas están previstos nuevos muestreos en localidades como Verín, Valdeorras y distintos puntos de la provincia de Pontevedra.
“Los resultados finales, con los que se espera contar en 2021, permitirán, además, poner a disposición de viveristas y olivareros planta de variedades de olivo autóctono gallego de interés comercial y ofrecer al sector y a las administraciones públicas los datos científico-técnicos requeridos para el reconocimiento legal y comercial como variedades de olivo autóctonas de Galicia”, señala.


A lo largo de este tiempo, sus objetivos pasan por ampliar y completar la recuperación de las variedades de olivo autóctono gallego, a través de la realización de prospecciones exhaustivas; caracterizar los ejemplares localizados a nivel botánico, molecular y agronómico, así como los aceites de aquellas que resulten diferentes y únicas; poner a disposición del sector y de las administraciones autonómica y nacional, los datos científico-técnicos necesarios para el reconocimiento legal y comercial como variedades de olivo autóctonas de Galicia y únicas en el mundo; y poner a disposición de viveristas y olivareros planta de las variedades de olivo autóctono gallego que presenten interés comercial.