Bodegón aceites

Olimerca.- El escaso enlace entre campañas sigue pasando factura al buen funcionamiento del mercado del aceite de oliva en origen.  En estos momentos la gran preocupación de las industrias refinadoras y envasadoras está puesta en cómo encontrar aceite de oliva lampante o virgen para poder refinar y cumplir con el compromiso adquirido con la distribución para envasar los aceites de oliva suaves e intensos.

Las cifras que se manejan en el sector en la actualidad siembran numerosas dudas por lo que puede pasar en las próximas cuatro o seis semanas. 

Concretamente, si los consumos de aceite refinado en el mundo están comprendidos entre un 35-45% del consumo total de aceite de oliva estamos hablando de que se necesitan en torno a las 970.000 ton al año, lo que significa un consumo de 80.000 toneladas mensuales.  

Una demanda difícil de cubrir si tenemos en cuenta que las existencias de aceite de oliva de la pasada campaña se situaban en 160.000 toneladas a finales de septiembre, con lo que las cuentas no salen. Así, el problema está servido. No hay aceite lampante, no hay aceite virgen extra viejo y lo poco que queda de la pasada campaña es virgen.

La alternativa es: o refinar aceite de oliva virgen extra nuevo o dejar de refinar. La elección no es fácil porque a los precios a los que se comercializa el aceite de oliva refinado nadie puede asumir el coste de refinar un virgen extra a precios que se mueven entre los 6.50€ y los 7€/kg para luego tirarlo de precio a 5,50€/kg y ponerlo en la botella.