Olimerca.- El abuso del poder de compra en el mercado del gran consumo se practica de forma habitual en contra de los proveedores y tarde o temprano terminará perjudicando a los consumidores. Este es el resumen del estudio presentado por Consumers International referido al análisis de las consecuencias económicas y sociales que para el consumidor tiene el “excesivo poder de los distribuidores”.

El estudio ha sido presentado por Robert Young, director de Europe Economics, quien ha señalado que el poder de compra permite que los supermercados controlen a sus proveedores hasta tal punto que ello no sería posible si existiese un “equilibrio razonable en la capacidad negociadora entre ellos”. Este desequilibrio se muestra con “especial agudeza” en los productos agrícolas, en donde la fragmentación del segmento que oferta “fortalece” la capacidad negociadora de los supermercados.

Para Young, el principal efecto que este abuso de poder produce en los proveedores es el del “miedo”. “Crea un clima de incertidumbre ante los supermercados que los proveedores tienen miedo de presentar quejas contra las cadenas”, remarca el director de Europe Economics. Robert Young señala en este escenario de incertidumbre a las pymes agrícolas como las víctimas más “vulnerables”, ya que debido a esos abusos deben hacer frente a cuotas y pagos adicionales que alcanzan hasta el 70% de sus ingresos.

En lo que a los precios se refiere, el informe señala que “aunque los supermercados ofrecen a sus proveedores volúmenes de venta, los precios de compra, insosteniblemente bajos, son una queja constante”. En cualquier caso, los bajos precios de compra no se reflejan siempre en los precios de venta minorista: “un gran margen queda en manos de los distribuidores y minoristas”, sentencia.

Sobre la irrupción de la Marca de la Distribución (MDD) en el mercado, el estudio indica que el limitado espacio en los supermercados implica que los productos de Marca del Fabricante (MDF) son reemplazados cada vez más por las marcas propias. “La MDD no representa siempre otra alternativa para que los consumidores elijan”, ha afirmado Young, quien añade que “llegará un momento en el que el cliente sólo tenga dos opciones para elegir”.

Además, el estudio pone de manifiesto que el “agresivo” desarrollo de las marcas propias “desalienta” a los proveedores de productos de MDF con respecto a la innovación, lo cual redunda en más perjuicio para los consumidores.

¿Cómo solucionar estos abusos de poder? Según Robert Young, “se ha estudiado mucho el problema, pero se ha actuado poco”. Para el director de Europe Economics, hay que centrar todo el interés en el consumidor, se deben identificar los abusos y neutralizarlos, si bien, “no todos ellos se pueden solventar con la legislación vigente debido al clima de miedo que sufren los proveedores”.

Juan Antonio Seijo, director técnico de Esade Brand Institute ha anunciado que Esade está desarrollando un estudio sobre el futuro de la MDD y ha adelantado que, de aquí a los próximos cinco años, la MDD aumentará 10 puntos su cuota en valor. “Estamos hablando de un sector enfermo, que maneja dinámicas no sostenibles en el medio plazo”, ha alertado Seijo, quien ha añadido que “el que acabará pagando el pato será el consumidor”. Además, manifiesta que el diferencial medio de precio entre la MDD y la MDF, que actualmente es del 40%, “está distorsionado en la medida en que el proveedor debe pagar unos sobrecostes”.