Olimerca.- El abandono de los restos de poda de olivar en la finca hace proliferar el barrenillo del olivo (Phloeotribus scarabaeoides). Esto está ocurriendo en el Altiplano de Granada, por lo que la Asociación de Agricultores, Ganaderos y Productores (Agapro) ha solicitado a la Junta que extreme la vigilancia.

Durante el mes de marzo los adultos de barrenillo del olivo comienzan a dirigirse hacia los restos de poda y árboles para realizar la puesta en galerías practicadas en la corteza, si bien, los daños más graves se deben a las galerías de alimentación que realizarán en los brotes del olivo, entre los meses de mayo y julio, los adultos de la nueva generación.

Antes del 1 de mayo, la madera debería ser destruida en el propio olivar preferentemente mediante trituración, y si no hay más remedio, por el fuego. Y en caso de que no se haya hecho, debe guardarse en lugares herméticamente cerrados, que no se pueden abrir hasta los primeros días del mes de noviembre, informa la Asociación.

El presidente de Agapro, José Antonio Azor, ha indicado que "los restos de poda no gestionados y abandonados están provocando la proliferación desmesurada del barrenillo, perjudicando a todos los agricultores colindantes, que tienen que incrementar los tratamientos fitosanitarios con los perjuicios económicos y ambientales que supone".

Por su parte, el técnico Pedro Castillo ha incidido en que "el abandono en la finca de los restos de poda del olivar es una práctica prohibida a partir de mayo, según la Orden de la Consejería de Agricultura y Pesca de fecha 2 de noviembre de 1982, pudiendo aplicarse el régimen sancionador previsto en la Ley de Sanidad Vegetal".

El colectivo también ha solicitado a los ayuntamientos del Altiplano de Granada que aprueben ordenanzas reguladoras para la limpieza y mantenimiento de las fincas rústicas que son abandonadas, ya que en los últimos meses se están viendo fincas en el suelo no urbanizable, tanto de regadío como de secano, que están siendo abandonadas. Este abandono supone la proliferación de malezas, plagas y enfermedades que afectan a las fincas colindantes e incluso a las zonas urbanas, ya que en muchos casos se encuentran cerca de los barrios de los pueblos.