Olimerca .- El sector del olivar (aceite de oliva y aceituna de mesa verde) está de enhorabuena.  Esta mañana se ha conseguido en Bruselas un acuerdo para suspender durante un periodo de cinco años la aplicación de los aranceles derivados del conflicto por los subsidios entre Airbus y Boeing. El pacto alcanzado en el marco de la Cumbre de la Unión Europea-Estados Unidos pone fin a una disputa con graves repercusiones para las industrias afectadas.

Según ha valorado Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB, “esta suspensión definitiva de las barreras comerciales supondrá poder de nuevo impulsar la relación transatlántica, asegurando los intercambios mercantiles entre ambas potencias”.

Desde su imposición en octubre de 2019, un total de 113 categorías de productos españoles, que representan el 53,1% sobre el total de productos exportados a EE. UU., se han visto gravados con aranceles del 25%, causando un grave perjuicio en productos tan significativos como aceite de oliva, vino, queso, aceituna de mesa, carne de porcino, zumos, procesado de pescados o bebidas espirituosas.

No obstante, recuerdan desde FIAB, “no podemos olvidar que existen otras disputas abiertas que afectan a la industria de alimentación y bebidas, como los aranceles del 35% aplicados a la aceituna negra de mesa y que hay que seguir defendiendo en busca de un punto final a este conflicto”.

Satisfacción en Cooperativas 
Tras manifestar su satisfacción por el acuerdo alcanzado, Cooperativas Agro-alimentarias de España considera que ahora es necesario recuperar la cuota de mercado perdida por lo que solicitan apoyo institucional para la realización de campañas de promoción específicas para este mercado de 328 millones de habitantes con gran potencial para los productos agroalimentarios españoles y europeos. 

Cooperativas Agro-alimentarias de España confía que este acuerdo, abra también la posibilidad para resolver el conflicto de la aceituna negra. La Administración estadounidense acusó a la industria española de llevar a cabo prácticas de dumping y percibir subvenciones ilegales para favorecer su competitividad, cuestionando las ayudas de la PAC. Como consecuencia, desde mediados de 2018 se impusieron a las importaciones de aceituna negra española unos aranceles medios del 35% sobre el valor del producto, lo que ha reducido gravemente las exportaciones, un 65%, a uno de los principales destinos comerciales.