Olimerca.- Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía ha mantenido un encuentro con el viceconsejero de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Vicente Pérez García de Prado, para analizar la situación que atraviesa el sector de la aceituna de mesa, en la que han participado los principales grupos cooperativos aceituneros.

Según Cooperativas, la nueva sentencia del Tribunal de Comercio estadounidense que ratifica los aranceles a la aceituna negra impuestos en 2017, unida a los efectos de la guerra en Ucrania, la crisis de suministros, la pérdida de fondos para la promoción o los problemas de mosca, entre otros, son la puntilla a una campaña corta en la que, según el último informe de la interprofesional Interaceituna, apenas se han cosechado 422.100 toneladas, un 36% menos que en la campaña 2021-2022.

Por ello, el presidente del Consejo Sectorial de Aceituna de Mesa de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía, Gabriel Cabello López, y el director gerente de la federación, Jaime Martínez-Conradi Álamo, han trasladado al viceconsejero la necesidad de abordar de forma proactiva los conflictos diplomáticos y le han instado a que el Gobierno andaluz sea el mediador frente al Ejecutivo central y Bruselas y reclame medidas fiscales, políticas y en materia de infraestructuras que ayuden a garantizar la rentabilidad de un sector estratégico para Andalucía –por su valor económico y social- como es la aceituna de mesa.

Conflictos internacionales
Respecto al conflicto arancelario con Estados Unidos, la federación ha puesto sobre la mesa la urgencia de llevar a cabo una “diplomacia proactiva” y abordar una “negociación diligente” para alcanzar un acuerdo entre la Administración Biden y la Unión Europea que se traduzca en la eliminación de unos aranceles. 

Otro conflicto internacional que pone en jaque el sector es la guerra en Ucrania, por la inhabilitación de dos mercados estratégicos en la diversificación de las exportaciones, ya que Rusia era el cuarto país en importancia en cuanto al volumen de exportaciones (con cerca de 39.000 toneladas y un valor de 56,6 millones de euros), mientras que Ucrania se situaba en el undécimo puesto (con 12.000 toneladas y un valor de 16,5 millones).

Respecto al conflicto arancelario con EEUU, la federación pide llevar a cabo una “diplomacia proactiva” y abordar una “negociación diligente” para alcanzar un acuerdo que se traduzca en la eliminación de unos aranceles

Además, el conflicto bélico tiene un efecto secundario en la industria de la aceituna de mesa: la escalada de hasta un 700% de la sosa cáustica, ingrediente indispensable para la transformación del fruto. De igual manera, el incremento del consumo eléctrico que se ha producido esta campaña también restará competitividad a las cooperativas aceituneras. Por este motivo, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía ha solicitado a Vicente Pérez que trabaje junto al Gobierno central para encontrar medidas fiscales que alivien la situación económica de las industrias. 

Agua y dimensión
En materia de agua, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía ha instado al representante de la Junta de Andalucía a construir EDAR (estación depuradora de aguas residuales) en cada municipio para promover la depuración de las aguas industriales y facilitar su acceso a las nuevas comunidades de regantes. De esta forma, “el sector podrá afrontar los efectos de las campañas especialmente secas y calurosas, como la actual”, ha apuntado el presidente sectorial. 

Además, la organización ha solicitado la elaboración de un plan director para la gestión de los efluentes procedentes del entamado de la aceituna. Como ha señalado Gabriel Cabello, “esta actividad todavía es un punto flaco en la estrategia de las cooperativas aceituneras en pro de la sostenibilidad medioambiental”. 

Por último, Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía ha pedido al representante andaluz de Agricultura trabajar en la autorización de nuevas materias activas y en la creación de un fondo para la realización de tratamientos aéreos para paliar los efectos de la mosca del olivo, que se traducirá en un menor consumo de fitosanitarios en línea con la arquitectura verde de Bruselas.