Jara blanca usada en la restauración de un olivar. Olivares Vivos.

Olimerca.- Olivares Vivos, desarrollado por SEO/BirdLife, ha creado un modelo de agricultura que aúna la restauración de la biodiversidad con un incremento en el margen de beneficios percibidos por los olivicultores; dos claves para asegurar el futuro de la agricultura que la organización ha querido poner en valor el Día Mundial del Olivo que se celebra el 26 de noviembre.

El esquema agroambiental en el que se sustenta Olivares Vivos (gestión adecuada y sostenible de la cubierta herbácea, la instalación de elementos de apoyo a la fauna y a la restauración de los espacios improductivos), “ha demostrado el potencial que tiene la agricultura para hacer frente a la crisis climática y de biodiversidad”, aseguran.

Y, todo ello, sin actuar en grandes superficies, “poniendo el foco solamente sobre la restauración de zonas improductivas, ha quedado demostrado que las intervenciones de restauración en superficies por debajo del 1% de la superficie total de la finca han sido suficientes para lograr un incremento de la diversidad y abundancia de flora y fauna”, destacan.

“La recuperación de la vegetación natural que hubo en las zonas improductivas del olivar —bordes de caminos, padrones, cárcavas o linderos— es clave para recuperar su biodiversidad. Estas zonas cumplían un papel de compensación ecológica que permitía al olivar mantener niveles de abundancia y diversidad de flora y fauna. Además, eran espacios que mantenían poblaciones de insectos auxiliares que controlaban las plagas de forma natural y que contribuían a evitar la pérdida de suelo fértil. Por eso, también es importante pensar en estas zonas de compensación cuando se diseñan nuevas plantaciones de olivar. Debemos tener claro que no puede llamarse sostenible un producto agroalimentario cuya producción esté asociada a una pérdida de biodiversidad”, apunta José Eugenio Gutiérrez, director del LIFE Olivares Vivos+ y delegado de SEO/BirdLife en Andalucía.