Olimerca.- La firma jiennense Castillo de Canena da un paso más en materia de biofertilizantes y en proyectos de economía circular. A través de un acuerdo de colaboración con Carboliva BioCarbón Sostenible, tratan los alperujos generados en su almazara, los deshidratan y los pirolizan (proceso de descomposición térmica de una materia orgánica en ausencia de oxígeno) convirtiéndolos en un carbón vegetal o biochar que, posteriormente, utilizan para fertilizar sus campos.

La aplicación de este abono natural, rico en potasio, incrementa la porosidad del suelo y su capacidad de retener el agua, estimula la multiplicación de los microorganismos presentes en la tierra y acrecienta la capacidad del árbol de asimilar nutrientes estabilizando su pH.

Se calcula que la aplicación de cada tonelada de este biochar evita la emisión a la atmósfera de 3 toneladas de CO2. Y actualmente, la compañía está administrando 3,5 de este carbón vegetal por hectáreas.