Olimerca.- El Consejo de Ministros aprobó el pasado viernes 15 de noviembre un Real Decreto que pone el punto y final al uso de aceiteras rellenables en los canales de la restauración y la hostelería. Así, el Gobierno acaba de dar satisfacción a una histórica aspiración del sector del aceite de oliva español y que desde la Interprofesional del Aceite de Oliva han celebrado.

Desde hace décadas las diferentes organizaciones agrarias, cooperativas y almazaras industriales e industriales envasadores habían venido denunciando el contrasentido de las aceiteras que se emplean en restauración en una sociedad en la que el consumidor es cada vez más exigente con lo que come. 

Quiere saber qué es exactamente lo que contiene el recipiente que se le presenta en el restaurante o bar, a qué categoría comercial corresponde (virgen extra, virgen o aceite de oliva), su procedencia, la fecha consumo preferente... Y a cambio, lo que ahora recibía, en la mayoría de los casos, era un envase anónimo, rellenable, y con una presentación que, todavía hoy, deja mucho que desear. Esto ha impedido que el consumidor pueda apreciar la altísima calidad del producto, haciendo un flaco favor a la imagen de los aceites de oliva virgen extra en su conjunto. 

Así, la Interprofesional valora especialmente la determinación del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente por sacar adelante esta norma en España, que se desmarca claramente de las reticencias de Bruselas a la hora de implementarla en toda Europa.

El Real Decreto establece que, a partir de su entrada en vigor el 1 de enero de 2014, los aceites de oliva se presentarán en sala debidamente envasados y etiquetados y con un cierre inviolable, de tal forma que el consumidor puede conocer con precisión qué aceite está tomando. 

Una decisión que trasciende nuestras fronteras, como ha destacado Pedro Barato, presidente de la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, “cuando Bruselas dio marcha atrás en la adopción de una medida similar para toda Europa, el sector le pidió al Gobierno de España que diera un paso al frente. 

Este Real Decreto es el mejor argumento con el que podemos presentarnos en Europa para solicitar que, de una vez por todas, se acabe con anacronismos como el de las aceiteras en una Europa que ha hecho de la defensa de los consumidores uno de los ejes de su política”.