Olimerca.- La Unión Europea y Canadá han formalizado su apuesta bilateral por el libre comercio. Tras siete años de duras negociaciones, el CETA, el acrónimo en inglés del Tratado de Libre Comercio entre la UE y Canadá, ha echado a andar. El Parlamento Europeo ha puesto la rúbrica definitiva, y lo ha certificado con una amplia mayoría de 408 eurodiputados.

Una de las mayores ventajas estará en la supresión de aranceles sobre la mayoría de mercancías, bienes y servicios entre ambas latitudes impulsarán las ventas europeas hacia Canadá en un 20%. Eurostat cifra la balanza comercial de 2016 en 35.200 millones de euros de exportaciones comunitarias, frente a los 29.100 millones en los que se contabilizaron las adquisiciones de productos made in Canada por parte de los socios de la Unión. El impacto sobre el PIB de estas predicciones, hablan de un incremento de unos 12.000 millones de euros anuales.

Según informa asesoresdepymes.com, las mayores ventajas del CETA serán para las pymes que se podrán ahorrar hasta 500 millones de euros anuales sólo por la inmediata supresión de los procesos de certificación aduanera. Las pymes, en consecuencia, reducirán los gastos asociados a las trabas burocráticas. Otra ventaja del tratado CETA es que garantiza, especialmente, la protección de las denominaciones de origen, uno de los caballos de batalla de los productores europeos que se han manifestado en contra de la firma de este pacto de libre comercio.

En la actualidad son más de 5.500 empresas las que exportan con asiduidad. Una carta de presentación todavía escasa, pero que ofrece un amplio potencial inversor en el futuro. Porque el CETA tiene los estándares de protección y certificación europeos sobre la amplia red de bienes perecederos y alimentarios en general y un abanico de normas que incrementan los niveles de competencia y da acceso a un abanico de más de 1.100 millones de consumidores. Además, gran parte de los potenciales clientes canadienses adquieren productos y servicios de alta calidad y, por ende, de elevados precios.

El CETA reducirá unas 9.000 tarifas en activo entre Europa y Canadá y se suprimirán el 99% de los aranceles bilaterales en curso. Realmente, el elenco de oportunidades es global: afectaría a todos los segmentos de actividad. Es un reto para Europa, porque sólo el pasado ejercicio, las ventas de Canadá a EEUU alcanzaron los 394.000 millones de dólares, el 76,3% de sus exportaciones. Frente a los 278.000 millones de productos adquiridos de EEUU.