Olimerca.- Un estudio conjunto de la Universidad de Córdoba, la Fondazione Eni Enrico Mattei y el Centro Euro-Mediterraneo sui Cambiamenti climatici en la región italiana de Emilia-Romaña, ha concluido que establecer una ecotasa sobre el uso del agua lograría un consumo más eficiente, pero empobrecería la economía local, especialmente la agraria. 

El estudio realizó una simulación en la que se incrementaban de forma experimental los precios del recurso a través de una ecotasa. La idea de partida fue que, si se sube el precio, el uso será más racional. “En el campo, esto podría suponer una apuesta por cultivos con un mayor valor añadido”, explica Carlos Gutiérrez, del Departamento de Economía, Sociología y Política Agraria de la UCO, participante del estudio.

Para conocer los efectos del sobrecoste, el estudio dividió la región en distritos de riego. A partir de una herramienta llamada ‘modelo de preferencia revelada’, se reprodujo el comportamiento de los agricultores en cuanto al uso del agua. Con la tasa, su uso disminuía y los caudales de los ríos se mantenían más copiosos; pero a partir de un punto de incremento de costes, la economía de estas explotaciones se resentía y entraba en pérdidas. 

Esto no solo sucedía en los campos de cultivo. A nivel macroeconómico, también había consecuencias. La simulación mostraba que el incremento del precio del agua tenía efectos globales en el valor bruto añadido de la zona.

Carlos Gutiérrez cree así que “la herramienta es útil dependiendo de la región. En Andalucía, sería negativa, ya que el uso agrícola del agua ya está en el límite, puesto que no se dispone de más. Si se estableciera un sobrecoste, los productores se verían obligados a abandonar el regadío por cultivos menos eficientes de secano. Sin embargo, en regiones más ricas en agua, como las del norte de España, puede ser una herramienta positiva, aunque hay que tener en cuenta que se perdería algo de valor bruto añadido”.