Olimerca.- El próximo 23 de febrero los líderes de la Unión Europea debatirán sobre cómo garantizar que las prioridades que se han establecido, puedan financiarse adecuadamente, pero antes de dicha reunión, la Comisión Europea establece varias opciones -y sus consecuencias financieras- para un presupuesto de la UE nuevo, moderno y a largo plazo que satisfaga eficientemente sus prioridades más allá de 2020.

Para ello, en primer lugar, la Comisión proporcionará los datos necesarios sobre el presupuesto de la UE, sus beneficios, logros y valor añadido; en segundo lugar, mediante la elaboración de escenarios que ilustran el impacto financiero de varias opciones políticas posibles; y tercero, mostrando las consecuencias para estudiantes, investigadores, proyectos de infraestructura y muchos otros en caso de que la aprobación del nuevo presupuesto de la UE se retrasara.

Respecto al debate sobre las actuaciones relacionadas con la protección de fronteras exteriores de la UE, apoyo a la defensa de la Unión, impulso a la transformación digital de Europa o hacer más eficientes las políticas agrícolas y de cohesión de la UE, desde la UE destacan que es importante que los líderes determinen qué significarían sus elecciones en términos de financiación, cuantificando el impacto financiero de varias opciones políticas posibles.

La Comisión también establece opciones para modernizar el presupuesto de la UE, lo que incluye reforzar el vínculo entre los objetivos del presupuesto de la UE y la forma en que se financia. Además, establece posibilidades para reforzar el vínculo, a menudo denominado "condicionalidad", entre la financiación de la UE y el respeto de los valores fundamentales de la UE.

Asimismo, un acuerdo político rápido sobre un nuevo y moderno presupuesto de la UE será esencial para demostrar que la Unión está dispuesta a cumplir la agenda política positiva esbozada en Bratislava y Roma.
El Comisario a cargo del Presupuesto y Recursos Humanos, Günther H. Oettinger, ha señalado que "no debemos repetir la desafortunada experiencia de 2013 cuando el actual presupuesto de la UE fue acordado con un retraso considerable. Si tal retraso volviera a ocurrir, más de 100.000 euros destinados a financiar proyectos de apoyo empresarial o eficiencia energética, entre otros, no podrían comenzar a tiempo”.