Olimerca.- Mientras que nuestro oro líquido en el mercado de gran consumo sufrió desde la segunda mitad de 2014 y durante 2015 un continuo encarecimiento de los precios en torno a un 8% de media, y una caída del consumo del 3%; la demanda de aceite de girasol ha experimentado un aumento del 4%

Según un estudio elaborado por AC Nielsen, el consumidor tiene algunos indispensables en su cesta de la compra, y el aceite es uno. El matiz aquí es que, como ocurre en la actualidad, si el aceite de oliva se encarece se produce trasvase a girasol. Y no es de extrañar cuando la diferencia entre uno y otro es de más de dos euros y medio.

Así, los litros adquiridos de aceite de semillas (siendo girasol la principal variedad) crecieron un +4%. Estos datos constatan que el consumidor no está dispuesto a prescindir de un producto clave en su dieta, pero tampoco quiere desequilibrar el presupuesto de la compra.

En concreto, el precio medio del aceite en conjunto en el acumulado del año hasta octubre sigue siendo superior comparado con el mismo periodo del pasado año, un +8%. Y además, que haya dejado de subir no quiere decir que esté de vuelta en niveles normales. Así, si nos fijamos en el oliva, el litro está a 3,76 euros, más de tres veces por encima del semillas, 1,18 euros.

Mayor promoción para el aceite de girasol

Mientras todo esto ocurre, el aceite mantiene su habitual actividad promocional. En este sentido, en los últimos meses las campañas de aceite de girasol de marca de fabricante han sido una constante. Al fin y al cabo es un producto que no caduca y si el consumidor se lleva tres unidades al precio de dos, no tiene más consecuencia que tener que hacerle más espacio en la despensa.

De hecho, la intensa actividad promocional en girasol está provocando en los últimos meses (desde el final del verano) que se ensanche la diferencia de litros vendidos entre girasol y el aceite de oliva refinado, la variedad más económica de los olivas, mucho más barata que el virgen y el virgen extra.

Y es que hay cosas que no cambian, y menos en estas circunstancias.
A “promocionero” pocos productos le superan.