Olimerca.- Los olivos son uno de los elementos fundamentales del paisaje de la finca pública de Galatzó, y de la Serra de la Tramuntana, que contribuyeron a que dicha sierra consiguiera ser declarada Patrimonio Mundial, por su valor patrimonial y paisajístico.

Estos olivos se encontraban en proceso de abandono, por lo que el ayuntamiento de Calvià ha llevado a cabo una serie de proyectos para su recuperación, tal y como ha señalado el concejal de Medio Ambiente y Transición ecológica, Rafel Sedano.

Las explotaciones de olivo estaban presentes en una gran superficie de la finca. Muestra de ello son los bancales que hoy día se conservan en la finca de Galatzó como herencia del pasado. Poco a poco, este tipo de cultivo se fue reduciendo en superficie. Las últimas zonas dedicadas al cultivo del olivo dentro de la finca se encuentran en dos áreas bien diferenciadas: es Tramuntanal y Na Llaneres.

Así, las actuaciones llevadas a cabo desde el Ayuntamiento han perseguido la recuperación de los bancales de olivos cerca de los molinos hidráulicos de la finca (Na Llaneres) y los situados entre en camino viejo y es Tramuntanal, que supone una superficie total de unas siete hectáreas, que con el paso del tiempo se ha visto engullida por el avance de la vegetación arbórea típica del bosque mediterráneo, fundamentalmente pino y lentisco, provocando la pérdida tanto de los cultivos tradicionales de la zona (olivar), como el paisaje de bancales típicos de la Serra.

Una vez recuperados los bancales, éstos quedan incorporados como superficie agraria útil dentro de la explotación agrícola, y serán labradas y nuevamente explotadas con cultivos tradicionales.

Dentro de la gestión agrícola de la finca pública se planifica la plantación de nuevos ejemplares de olivos, así como la recuperación de los árboles existentes, potenciando la gestión agropecuaria y ambiental de este territorio, compensando la tala de arbolado que ha sido necesario para la recuperación del paisaje agrícola.