Olimerca.- El pasado 1 de noviembre arrancó el proyecto europeo Biosnap, que hasta el 30 de abril de 2022 trabajará en la creación de envases biosostenibles para el sector agroalimentario en general, en el que se incluyen subsectores como el aceite de oliva. Con un presupuesto total de 2.865.792 euros, de los que la Unión Europa aporta 2.144.779 euros, está coordinado por Easysnap Technology de Módena (Italia) y cuenta con la colaboración española de la Asociación para la Investigación, Desarrollo e Innovación del Sector Agroalimentario (Adisa), y del centro de investigación lituano UAB Medaus Pirkliai.

Biosnap tiene como objetivo aprovechar al máximo el crecimiento del mercado de bioplásticos y las oportunidades hacia productos más sostenibles. Para ello, proporcionarán envases monodosis 100% biológicas para aplicaciones alimentarias, y productos entre los que se encuentra el aceite de oliva.
Estos envases estarán fabricados de materiales biodegradables y compostables de acuerdo con UNI EN13432. Y con ello favorecerá por partida doble. Por una parte a los usuarios finales (empresas de alimentos) se beneficiarán de un envase de dosis unitarias premium y único en el mercado, y por otra, los consumidores finales se beneficiarán de su versatilidad y facilidad de uso (sistema de apertura con una sola mano), al poder desechar de forma segura el envase con el producto orgánico.

Este proyecto nace de la creciente conciencia sobre el impacto ambiental que tienen los plásticos, lo que ha motivado una creciente demanda de envases a base de bioplásticos (polímeros derivados de recursos renovables o polímeros biodegradables).

Actualmente, hay una alternativa bioplástica disponible en el mercado para casi todos los plásticos convencionales, que tiene las mismas propiedades con ventajas adicionales. Actualmente, los bioplásticos representan alrededor del 1% del total de plástico producido anualmente (2 millones en 2017), pero el mercado está en auge (20% de crecimiento anual) y muchas grandes empresas están introduciendo el bioenvasado en un intento por posicionar sus productos como ecológicos e incluir la sostenibilidad.

Además, alrededor del 80% de los consumidores europeos quieren comprar productos que tienen un impacto mínimo en el medio ambiente y estarán dispuestos a aceptar un pequeño incremento del coste por un envase sostenible.