Olimerca.- El mercado de Estados Unidos es probablemente el más importante de todos los mercados de consumo de aceite de oliva, no solo por el volumen, sino también por el nivel de rentabilidad obtenido y las posibilidades de crecimiento que todavía tiene, tal y como lo recoge el último informe especial elaborado por Deoleo.

Sin embargo, sus autores inciden en que los retos y amenazas que lo rodean no son del todo comprendidos por los distintos actores de la cadena de valor de la industria del aceite de oliva.

El mercado norteamericano absorbe unas 300.000 toneladas anuales de aceite, lo que lo convierte en el tercer o cuarto mercado en volumen. De ese volumen, España, en promedio, solo suministra el 23% del total, de lo que podría deducirse que la exposición a ese mercado no es tan alta. 

Sin embargo, si analizamos el flujo de aceite español que es primero exportado a Italia y, una vez elaborado y envasado, reexportado a Estados Unidos, la conclusión es bastante diferente: España suministra aproximadamente un 50% del aceite que se consume en aquel mercado, de forma que una contracción del consumo tendría un efecto notable en la capacidad de dar salida a la producción nacional.

A la hora de hablar de los distintos canales de comercialización, el informe de Deoleo apunta que la mitad de los volúmenes vendidos en Norteamérica se distribuyen a través del canal retail y la otra mitad, a través del canal food service; y en un contexto de precios de venta irreconocibles para un operador doméstico español o italiano. Frente a precios de venta al público de más de US$8 litro, en Italia se manejan entornos de €4 litro; y en España, de €3 litro-

Esto es así porque la actitud del retail en Norteamérica carga unos márgenes muy altos, frente a una situación en España en la que se trabaja con márgenes negativos con la intención de buscar una acción promocional, de atracción de tráfico que es tan destructora para la categoría. Por el contrario, en Norteamérica, el aceite de oliva es visto como un producto de valor no solo por el consumidor, sino también por todos los elementos de la cadena.

Así, el balance de Deoleo indica que el mercado norteamericano es muy relevante para el sector, no solo por su dimensión, que es muy significativa, sino también porque maneja unos parámetros de rentabilidad que permiten que, además de dar salida a la producción en origen, también se financien desarrollos, innovaciones, comunicación y otros factores que tienen un efecto de tirón en toda la cadena de valor.

A la hora de las conclusiones, el informe de Deoleo recoge que el mercado norteamericano está listo para recibir más aceite, solo hay que encontrar la forma de hacerlo: nuevos usos y momentos de consumo; trabajar sobre la sustitución de otras grasas menos saludables o sabrosas; mejorar la distribución; hacer probar el producto a nuevos consumidores y convencerles para que repitan, en definitiva, se trata de construir mercados, no de colocar volúmenes.

Los productores, toda la cadena, deben hacer un ejercicio de responsabilidad y trabajar en mejorar la calidad y la competitividad de nuestros aceites, esto es, hacerlos más accesibles, pero también señalar a los “garbanzos negros”, que, siendo los menos, generan malos ejemplos que luego son usados contra todo el sector.

El reto, las oportunidades, las amenazas, son de todos: desde el más pequeño agricultor español a la cooperativa más potente; del corredor al envasador; del que vende cisternas para su envasado local a aquellos que tratan de desarrollar el marketing más sofisticado. Y, por supuesto, de las autoridades, que tienen que ejercer su papel.

El informe de Deoleo, un trabajo muy exhaustivo e interesante por los datos y cifras que recoge, puede verse en  http://deoleo.eu/?wpfb_dl=468