Olimerca.   El European Parliamentary Research Service acaba de publicar un informe sobre el cultivo del olivar, su importancia en la economía de los países y su población, así como avanza las tendencias de este cultivo pensando en los próximos años.
Así, dicho informe recoge que el cultivo del olivar en los países del sur de la UE, supone unos 5 millones hectáreas de plantaciones y más de 7.000 millones de euros en valor de producción cada año. Los países productores de la UE representan del 70% al 75% de la producción mundial de aceite de oliva y más de un tercio de las aceitunas de mesa

Características estructurales de las explotaciones
Las plantaciones de olivo se encuentran en nueve Estados miembros: Grecia, España, Francia, Croacia, Italia, Chipre, Malta, Portugal y Eslovenia. Estos países suman cerca de 5 millones hectáreas de olivar plantaciones, más de la mitad de los cuales se encuentran en España, y la mayoría de los cuales están dedicados al cultivo de aceitunas para la producción de aceite de oliva.

Según los datos de Eurostat, en 2013 había cerca de 1 509 000 explotaciones con plantaciones de olivar, con un promedio de tamaño de plantación en España de 5.8 hectáreas por finca, seguido por Portugal con 2,8 hectáreas. Todos los demás los países tienen un promedio de plantaciones más pequeños en el entorno de las 2 hectáreas por finca.

Obviamente estos promedios son el resultado de muy diferentes tamaños de plantaciones. Pero por regla general el 40% de todas las explotaciones productoras de España y Portugal cuentan con más de 20 hectáreas de plantaciones de olivos, mientras que las plantaciones de olivos de tamaño medio se mueven entre las 52 y 67 hectáreas respectivamente. En el resto de los países productores, sin embargo, más del 90% de las explotaciones tienen menos de 5 hectáreas de plantaciones de olivos.

Previsiones a corto plazo
Según las últimas perspectivas agrícolas a medio plazo de la Comisión, la previsiones para el sector hasta 2026 apuntan al aumento de la producción en España (donde la estimación de la Comisión sobre el crecimiento considerable de los olivares de regadío en los próximos años) en torno al 10%, y una tendencia menos dinámica en Grecia (+2%) e Italia (-1%). En estos tres principales países productores las tendencias de consumo deberían experimentar una cierta estabilización o menor disminución, compensada en gran medida por el aumento del consumo en los países no productores dentro y fuera de la UE.

Esta es la tendencia que ha caracterizado los últimos años, de acuerdo con la perspectiva agrícola de la Comisión a corto plazo de julio de 2017. En cuanto al comercio internacional, las perspectivas para 2026 son un refuerzo considerable del papel de liderazgo de la UE en las exportaciones (+45% ) y un posible aumento de las importaciones procedentes de países mediterráneos no pertenecientes a la UE.

Estas predicciones podrían resultar correctas, especialmente si los productores satisfacen la demanda de la UE y del mundo ofreciendo la alta calidad que se espera de sus productos.

En este sentido, la UE financia la investigación y la innovación en nuevas técnicas para lograr un crecimiento más eficiente y sostenible a modo de ejemplo de los numerosos proyectos de investigación financiados por la UE, cabe mencionar mejoras en las prácticas de cultivo destinadas a mejorar el rendimiento medioambiental en el sector del aceite de oliva. Anteriormente, el proyecto de investigación impulsado por la demanda de los olivicultores, iniciado en 1979, dio lugar a la adopción a gran escala de la innovación integrada en los olivares italianos.

Más recientemente, además del mencionado proyecto de investigación multidisciplinar sobre prevención, detección precoz y control de la enfermedad de Xylella, otro proyecto Horizonte 2020 pretende mejorar la calidad y autenticidad del aceite de oliva mediante la detección y prevención del fraude.

Mientras tanto, otros proyectos financiados por los programas de desarrollo rural también se ocupan de cuestiones relativas al sector oleícola. Tomemos, por ejemplo, la innovadora técnica de compostaje desarrollada en una cooperativa española de aceite orgánico, que convierte un subproducto contaminante (torta de oliva) en fertilizante verde, o el innovador prototipo filtrante para la producción de aceite de oliva desarrollado por una empresa italiana de almazaras con una universidad, cámara de comercio y empresas privadas.

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