Olimerca.- Los ftalatos o ésteres de ácido ftálico son una familia de compuestos químicos usados en la producción de plástico flexible y maleable que, al no estar químicamente ligados a la matriz plástica, pueden abandonar el material y migrar a los fluidos en contacto con ellos, en mucha mayor medida en fluidos lipofílicos como aceites. Aunque su toxicidad está catalogada como baja para el DINP y DIDP, los DEHP, DBP y BBP están considerados como disruptores endocrinos y se han incluido en la lista REACH de la unión europea.

Según la legislación europea, basada en el Reglamento (UE) No 10/2011 de la Comisión de 14 de enero de 2011 sobre materiales y objetos plásticos destinados a entrar en contacto con alimentos, en el caso de los aceites, no se podrían usar materiales plásticos con ftalatos de ningún tipo y por tanto los límites aplicables desde un punto de vista estricto deberían de ser 0mg/kg o menor de un límite de cuantificación viable de por ejemplo 0.1 mg/kg puesto que no se debería producir migración alguna al aceite si el material plástico no los contiene.

La BNN (Bundesverband Naturkost Naturwaren) que es la asociación de envasadores mayoristas y minoristas ecológicos de Alemania, propone como límites 1mg/kg para DEHP y DBP y 5mg/kg para los otros. En Taiwán se exige un contenido de <0.1 mg/kg para los aceites ecológicos exportados. Según el responsable del ITERG (instituto de la grasa Francés) los límites deberían ser lo mínimo cuantificable puesto que los aceites deberían ser producidos en instalaciones con materiales libres de ftalatos y por tanto la migración a los aceites no se debería dar.

El laboratorio Juan Antonio Tello, que lleva años realizando la determinación de ftalatos en aceites vegetales de todo tipo, además de otra serie de contaminantes, afirma que “muchos aceites presentan contaminación con ftalatos y no es sencillo cumplir realmente estas reglamentaciones; sobre todo porque los materiales usados en las fábricas no disponen en muchos casos de los certificados exigidos en cuanto a los ensayos de migración de estos compuestos necesarios para uso alimentario con grasas (estudios de migración específica en simulante de alimento graso D2).  Desde la recepción hasta el envasado final hay posibles fuentes de contaminación con ftalatos que hay que controlar”.

Desde Laboratorios Tello se afirma que sólo el 3% de las muestras recibidas en el laboratorio se le analizan los Ftalatos,y de ese 3% analizado, solo el 23% de las muestras analizadas está libre de Ftalatos. (todos <0.10 mg/kg) y se han obtenido de forma puntual valores extremos para DEHP, DINP y DIDP.  Los ftalatos que aparecen en la mayoría de los casos son DEHP y DINP, mientras que BBP, DBP  aparecen solo en casos puntuales y generalmente en cantidades pequeñas. Para Taiwán todos aceites con algún ftalato estarían en principio fuera de norma.

Un contaminante sin control adecuado

Desde este laboratorio aseguran que “el porcentaje de muestras que superan los límites regulados en la determinación de ftalatos es altísimo comparado con pesticidas (4500 muestras analizadas/año) o HAP’s (2000 muestras analizadas/año) (hidrocarburos aromáticos policíclicos), donde es menos del 1% según nuestra experiencia durante años”. Por tanto, añaden, “nuestros datos ponen en evidencia que los ftalatos son un contaminante que hasta ahora no se ha controlado de forma adecuada y se hace muy necesario realizar análisis con mucha más periodicidad para intentar atajar esta contaminación bastante extendida como ya se hizo en su momento con pesticidas y con HAP’s”.

Por ello afirman que “es recomendable analizar cada lote de aceite en su envase final porque se pueden dar contaminaciones diferentes en cada paso y no es suficiente con analizar un depósito de acero inoxidable. Desde ese depósito hasta el envase final va a cambiar la cantidad en ftalatos presentes. Los contenedores cada vez más usados llamados IBC pueden ser también una fuente de contaminación al vender a granel por lo que deben tener el certificado alimentario adecuado; aunque a priori el PE (polietileno) no debería presentar una gran migración de ftalatos en la práctica se puede dar. Dentro de los envases plásticos el polímero PET (polietilen tereftalato) es el que menos contaminación da normalmente. El vidrio es la mejor opción para evitar migración de ftalatos.

En el caso de aceites de alto valor añadido como aceites Premium o aceites ecológicos, donde además de las propiedades organolépticas se promocionan las propiedades saludables del aceite de oliva virgen extra, “se hace casi imprescindible analizar estos contaminantes al igual que los otros ya mencionados, porque lo primero que debería cumplir un alimento que se intenta vender como saludable es que no presente contaminantes tóxicos”.