Olimerca.- Tras conocerse los últimos datos facilitados por la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) correspondientes al mes de noviembre, el mercado del aceite de oliva en origen en España ha reaccionado con un nuevo repunte de las cotizaciones que vuelve a suponer al conjunto de la industria envasadora una nueva vuelta de tuerca en la gestión de sus empresas.

Cada semana que pasa con nuevas subidas de precios se convierte en un auténtico hándicap para las empresas que necesitan realizar compas para cubrir sus necesidades con la distribución agroalimentaria y sus contratos en la exportación. A los precios actuales la compra de una cisterna de 25.000 kg supone un desembolso superior a los 200.000 €, que hay que pagar al contado; incluso antes de la recogida de la mercancía en la almazara. Es decir, es como si cada semana los envasadores se compraran un piso. 

Y en paralelo las entidades financieras no están poniendo fácil a las empresas la posibilidad de formalizar créditos que faciliten la operatividad del día a día. Todo ello supone que en estos momentos se extiende la sensación de problemas económicos y financieros que podrían suponer que en breve algunas compañías se enfrenten a problemas de liquidez. 

Así, no es de extrañar que las almazaras estén preocupadas por los futuros incumplimientos de contratos con la consiguiente inestabilidad y tensión en el mercado. 

¿Y ahora que…?
Llegados a estos niveles de precios y dado que entramos en los últimos quince días del año 2023, dominado por un mercado algo más tranquilo con motivo de las fiestas navideñas, los precios en origen para el aceite de oliva se espera que no sufran variaciones importantes.  De hecho, no vemos opciones reales de precios por encima de los actuales, dado que son precios que imposibilitan una gestión de venta normal

A corto y medio plazo los precios podrían moverse en la siguiente horquilla hasta la primavera:
Extras:             7.500-8.500 €/Tm
Vírgenes:         7.000-8.000 €/Tm
Lampantes:      6.600-7.600 €/Tm