Olimerca.- “El futuro del aceite de oliva no está en si llueve o no llueve cada año o si los precios son altos o bajos en cada cosecha. El futuro del aceite de oliva en España pasa por la urgente necesidad de una mejor gestión del agua y en la puesta en marcha de nuevos embalses o pantanos y un mejor uso de las aguas residuales de las grandes ciudades que generen una gran estabilidad agronómica de los cultivos y una estabilidad en los volúmenes de producción anual, evitando así los años de inseguridad e incertidumbre", así lo ha afirmado Antonio Luque, presidente del Grupo Dcoop, durante la rueda de prensa mantenida ayer en Madrid.

Luque no dudó en asegurar que “si consiguiéramos tener un volumen de agua asegurado todos los años, se trabajaría con una producción estable e incluso en aumento cada campaña y nuestro aceite de oliva se podría consolidar en los mercados exteriores a precios justos y equitativos, tanto para los agricultores como los envasadores y consumidores.

Las estimaciones de Dcoop para la campaña actual
A lo largo de la rueda de prensa, uno de los temas que despertó un mayor interés entre los profesionales de la comunicación fue cómo valoraba Dcoop la campaña actual y que puede suceder con los precios en los próximos meses.

Así, Antonio Luque afirmó que con una caída de la producción en su grupo en torno al 40% es lógico que las ventas se resientan y que algunas empresas puedan tener problemas de suministro. De hecho, Luque ya ha confirmado que cumplirá sus compromisos de entregas de aceite con sus grandes clientes de la distribución y del mercado de Estados Unidos, aunque también aseveró a continuación que es muy probable que en esta campaña se vean obligados a importar aceite de oliva de otros países.

En ese sentido Luque considera que en esta nueva campaña vamos a pasar de tener salidas del orden de las 138.000 toneladas en este 2022 a `poco más de 90.000 toneladas en el 2023, con lo que se podrá dejar de comercializar un 30%, respecto a la campaña anterior.

Respecto al mercado de Estados Unidos, Luque reconoció que en esta nueva campaña España será la gran perjudicada porque quizás no va a poder cumplir con los contratos en volumen de otros años; un menor volumen que favorecerá a países como Turquía o Túnez.