Olivar portugues sostenible

Olimerca.- Una semana más, y ya vamos por la tercera consecutiva, el mercado español del aceite de oliva vuelve a mostrar signos de debilidad en los precios del aceite de oliva en origen en prácticamente todas las categorías.

Al cierre de esta semana, las cotizaciones de los aceites de oliva lampante se fijaban en el entorno de los 6,50€/kg frente a los 6,90€/kg a lo que se operaba a mediados del mes de octubre. Es decir, estamos ante un ajuste a la baja del 6% en un mes. En el caso de la categoría de aceite de oliva virgen las escasas operaciones que se cierran están en la horquilla de los 6,70 y los 7,00€/kg, mientras que los vírgenes extras frescos son los que mejor están aguantando los precios entre los 7,90€/kg y los 8,00€/kg.

Sin duda que este comportamiento del mercado se mueve principalmente por la necesidad de liquidez que tienen los olivareros, que en estos dos años de malas cosechas se han visto muy perjudicados. Así, ahora las almazaras están siendo presionadas por los agricultores para liquidar sus aceitunas en el mismo momento de la entrega, cuando antes no había esa necesidad y se liquidaban a lo largo del año. De esta forma la venta del aceite de oliva se hacía de manera más pausada y no saturaba de oferta el mercado con la consiguiente bajada de precios.

Y en este contexto de mayor oferta de aceites nuevos, no sólo en España, sino en los principales países productores del arco mediterráneo, es cuando el sector productor portugués está adoptando una decisión de esperar y no precipitar las salidas de sus aceites para no provocar nuevas bajadas de precios.

Los portugueses saben que este año España andará muy justa en disponibilidades y sus 170.000 toneladas serán importantes si se gestionan bien.

Y qué se nos viene por delante
¿Qué nos deparará el mercado en los próximos meses?  Pues, sin duda, hay dos factores que serán determinantes para entender el futuro comportamiento de los precios:  la climatología y por ende las lluvias, tanto en invierno como en primavera, y la floración próxima. La cosecha actual ya está descontada y ahora lo que preocupa al agricultor es la que tiene que empezar a hacerse en el árbol cuando acabe la recolección.

Si lloviese lo suficiente para mejorar el cultivo y España pudiese alcanzar los 1,8millones de toneladas, entonces si que habría que empezar ya a controlar la evolución de los precios en origen para no llegar de nuevo a los precios de ruina del pasado.