Olimerca.-El Parlamento Europeo ha adoptado una nueva legislación en apoyo a la producción ecológica. Entre las nuevas medidas, que entrarán en vigor a partir de enero de 2021, hay una que permite la "reproducción de plantas de material biológico heterogéneo", una decisión con la que se culmina una lucha que mantienen los agricultores ecológicos desde hace años: la posibilidad de comercializar sus propias semillas.

Dichas semillas son aquellas que un agricultor toma directamente de su cosecha para replantarlas; provienen de las semillas utilizadas por los campesinos antes de la industrialización de la agricultura.

Con el fin de preservar la seguridad del consumidor, un decreto publicado en 1981 en el Diario Oficial prohibió la comercialización de semillas que no figuran en el catálogo oficial de semillas autorizadas. Para ser registradas, las variedades propuestas deben pasar una serie de pruebas específicas. Es decir, ser adecuado "a los estándares de distinción, homogeneidad y estabilidad (pruebas DHS)" y presentar una "mejora sobre las variedades existentes (prueba del IVA: valor agronómico y tecnológico), cuando estos son cultivos de campo".

El catálogo oficial de semillas autorizadas está desarrollado en Francia por el grupo interprofesional nacional de semillas y semillas (Gnis), y actualmente cuenta con más de 3000 variedades de vegetales.

El principal problema de este sistema de catálogo para agricultores orgánicos radica en el precio. Para registrar una nueva semilla en el catálogo y así darle la semilla del mercado, los productores tienen que pagar miles de euros. Toma entre 6000 y 15,000 euros, una suma significativa para un pequeño productor.

Ahora, con la nueva legislación las semillas orgánicas ya no pasarán por los libros de las compañías de semillas y serán responsabilidad directa de los productores. Según las asociaciones, esto podría animar a los productores a desarrollar su propia variedad de población y así crear una cierta dinámica en el campo de la biodiversidad.