Bodega SCA El PIlar

Olimerca.- Ya se conocen los primeros datos provisionales sobre el comportamiento del mercado del aceite de oliva en el mes de abril y las cifras son muy tozudas y contundentes: España tiene almacenadas 1.362.000 ton de oro líquido, de las que 1.028.000 ton están en poder de las almazaras (cooperativas e industriales) mientras que los industriales envasadores guardan en sus bodegas del orden de 264.000 toneladas.

Según la información elaborada por la Agencia para la información y control alimentarios (AICA) la producción de aceite de oliva en esta campaña se sitúa casi definitivamente en las 1.781.000 toneladas, lo que nos refuerza la idea de que cada año que pasa nos acercamos a ese volumen de 2.000.000 de ton que nuestro sector puede poner en el mercado nacional y exterior.

Llegados a este punto de la campaña, con una media de salidas de los últimos meses que se mueven entre las 120-123.000 toneladas, y una estimación de que se mantengan en los próximos meses, e incluso puedan llegar a las 130.000 ton/mes, las cuentas son muy claras: las existencias de enlace entre campañas no bajarán de las 750.000 toneladas.

En este contexto, ahora nos toca hablar de otras variables que sin lugar a dudas van a tener un importante protagonismo en el mercado en los próximos meses. Hablamos de la próxima cosecha, tanto en nuestro país como en el resto de los países del entorno mediterráneo. Si la climatología acompaña a nuestros olivares en los próximos meses, la cosecha próxima podría arrojar una producción de aceite de oliva en torno a 1.500-1.600 millones de kilos que unido a una buena producción en la cuenca del mediterráneo, tras el desastre en la campaña actual, debería de hacernos reflexionar sobre cómo debe España de actuar desde ya, ahora que tenemos la sartén por el mango.

Cada año más líderes en producción de aceite de oliva que necesita de líderes y gestores del liderazgo en la comercialización. ¿Quién da el paso?