La investigadora de la Universidad de Wageningen Violette Geissen en el campo de estudio

Olimerca.- Dos investigadores del equipo científico del proyecto europeo Diverfarming en la Universidad de Wageningen (Países Bajos), Violette Geissen y Coen J. Ritsema, han analizado muestras superficiales de suelo de 11 países europeos en busca del rastro de los pesticidas utilizados en el ámbito de la agricultura y han confirmado la persistencia de este tipo de productos en la tierra.

Tras analizar 317 muestras tomadas en 2015 en 11 países europeos pertenecientes a 6 sistemas de cultivo diferentes, el estudio “Residuos de pesticidas en los suelos agrícolas europeos: una realidad oculta desplegada” concluyeron que el 83% de estas muestras contenían residuos de pesticidas (76 tipos de compuestos distintos). El 58% de ese porcentaje fueron mezclas de pesticidas frente a un 25% que provenían de un solo tipo de sustancia. Glifosato, DDT (prohibido desde los años 70) y fungicidas de amplio espectro fueron los principales compuestos detectados.

La creciente preocupación social recae sobre dos preceptos básicos: la alta persistencia de ellos en el suelo (como se comprueba en este estudio) y la toxicidad para algunas especies no objetivo (aquellas a las que no va dirigido). Teniendo en cuenta que los residuos se acumulan en la parte más superficial del suelo, estos volarán fácilmente a bordo de las corrientes de aire.

Para afrontar este problema, el proyecto Diverfarming, financiado por el programa H2020 de la Comisión Europea, plantea un uso más racional de la tierra y de los inputs que se incorporan a ella: agua, energía, fertilizantes, maquinaria y pesticidas.

Para conservar el equilibrio de los microorganismos del suelo y, por tanto, la biodiversidad y la salud del mismo plantea una serie de alternativas que van desde el uso de nuevos pesticidas no persistentes, bioestimulantes, composts orgánicos o aliarse con la diversificación de cultivos que proporciona comunidades de insectos equilibradas y, por tanto, ausencia de plagas.

Según el estudio, la presencia de mezclas de residuos de pesticidas en los suelos es la regla y no la excepción, por lo que se muestra necesario evaluar los riesgos ambientales en el caso de estos compuestos combinados para minimizar su impacto.