Tuberías de acero inoxidable

Olimerca.- Los efectos de la pandemia en todo el mundo siguen pasando factura a las empresas y la actividad económica de muchos e importantes sectores. Concretamente, la paralización de la oferta y demanda de acero en los primeros meses de 2020 obligó a suspender la producción de los altos hornos en más de 30 millones de toneladas y en septiembre 2020 sólo se reinició el 25% de la producción.

Y frente a una menor disponibilidad de acero en Europa y China, la demanda ha ido en aumento de manera constante lo que se ha traducido en una espiral al alza de los precios, sin apenas diferencias entre las cuatro principales acerías europeas y las acerías de China u otros países asiáticos. De hecho, en el mercado europeo se ha pasado de los 2€/kg en diciembre de 2020 a los 2,85/3,00€/kg en el mes de junio de este año, con previsiones de que se situé en los 3,5€/kg a finales de 2021.

En el mercado europeo se ha pasado de los 2€/kg en diciembre de 2020 a los 2,85/3,00€/kg en el mes de junio de este año

Pero tampoco es más económico importar de Asia. Concretamente, comprar un kilo de acero desde Shangai se pagaba a 2,85€/kg, frente a la oferta de firmas españolas que se sitúa en 2,83€/kg.
Y para tensar más la cuerda, hay que mencionar el aumento de los costes del transporte marítimo (fletes) que han pasado de los 1.800$ a los 5.000$, o los aranceles del 13% impuestos a aquellos productos derivados procedentes de Taiwan, China o India.

En este contexto, la industria auxiliar relacionada con el sector del olivar y del aceite de oliva, y principalmente las empresas especializadas en la fabricación de calderas, bodegas, etc, están viviendo momentos de tensión para poder seguir cumpliendo con sus contratos con almazaras y otras industrias anexas sin perder competitividad. A modo de ejemplo un depósito de 75.000 ton de capacidad ha sufrido una subida de precio de 3.000€, frente a los precios que se manejaban en diciembre de 2020. 

En menor medida se están viendo afectadas las industrias relacionadas con la fabricación de batidoras y tuberías, donde los precios de sus materiales se han incrementado del orden del 10%. Y si hablamos de las subidas de precios de las latas para el aceite de oliva envasado el incremento de costes se ha situado en el entorno del 25%.

Así, no es de extrañar que este año los contratos de compra venta se hayan ralentizado e incluso se haya abierto una guerra de precios entre empresas y el cliente, buscando el mejor precio, lo que obliga a las industrias fabricantes a ajustar al límite sus costos.

Ante esta situación son muchas las almazaras que están retrasando la adquisición de nuevos equipos a la espera de que el mercado mundial de las materias primas se relaje en precio, y se recupere un clima de más normalidad y confianza.